10 septiembre 2013

Pombo. Relatos sobre la falta de sustancia



Álvaro Pombo.
Relatos sobre la falta de sustancia
y otros relatos.
Edición de Mario Crespo López.
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2013.

Cátedra Letras Hispánicas publica en un volumen preparado por Mario Crespo López dos libros de relatos de Álvaro Pombo, Relatos sobre la falta de sustancia (1977) y Cuentos reciclados (1997).

Se reúne así en un tomo la narrativa breve de Pombo, dos libros separados por veinte años de distancia y representativos de las dos etapas que distinguió José Antonio Marina en la narrativa del autor, que evoluciona desde el pesimismo eliotiano a la exaltación rilkeana.

Pese a eso, hay unas líneas de fuerza que sostienen todos los relatos: la intranscendencia de unas vidas anodinas que -como señaló Pombo alguna vez- reflejan “mi propia inexistencia,” la suma de fabulación y pensamiento, de lo autobiográfico y lo filosófico, las transiciones de lo narrativo a lo lírico, la influencia combinada de Iris Murdoch y los Cuatro cuartetos de Eliot.

La espléndida introducción de Mario Crespo, que ha anotado los cuentos con eficiencia, traza un ensayo panorámico sobre la obra de Pombo y analiza las claves de cada uno de los veinticuatro relatos breves del volumen.

Santos Domínguez

09 septiembre 2013

Gianna Manzini. Hacia el umbral




Gianna Manzini.
Hacia el umbral.
Traducción de David Ferrer.
Falsirena. Ávila, 2013.

Cuatro espléndidos relatos sobre la muerte y otras fronteras que Gianna Manzini (1896-1975), una de las grandes narradoras del medio siglo italiano, publicó cuando tenía cerca ese umbral, dos años antes de morir.

Cuatro relatos intensos en los que un Greco final habla con un amigo muerto en las sombras de su casa toledana, cunde la naturaleza alrededor de un muerto en accidente de moto, se recrea el delirio febril de una enferma o se explora el sueño como lugar de encuentro con la madre muerta. En ellos se puede descubrir a una autora deslumbrante, con una enorme sutileza estilística y una mirada introspectiva llena de matices y de profundidad.

Con traducción de David Ferrer, Hacia el umbral es el primer libro de Gianna Manzini que se edita en español. Con él inaugura la editorial Falsirena, con sede en Ávila y otra delicada línea de libros de poesía (Papeles de Recanati), su colección de narrativa Nuvolari.

Santos Domínguez

08 septiembre 2013

El matrimonio de los peces rojos




Guadalupe Nettel.
El matrimonio de los peces rojos.
Páginas de Espuma. Madrid, 2013.

Se aprende mucho de los animales con los que convivimos, dice la narradora del cuento que da título a un conjunto de cinco relatos con los que Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973) ganó el III Premio de narrativa breve Ribera del Duero.

Los cinco relatos de El matrimonio de los peces rojos confirman esa observación, porque los animales que aparecen en ellos (un matrimonio de peces rojos que convive con un matrimoniohumano, las cucarachas que invaden una casa de la clase alta, una estudiante con una gata en celo, los hongos que mantienen unidos a dos amantes en la distancia o la serpiente que encarna las desavenencias conyugales) plantean un juego de espejos entre animales domésticos y hombres, desvelan los vínculos complejos que unen sus existencias y sus comportamientos.

Ese juego de espejos es el reflejo de las pulsiones secretas de unos personajes obsesivos y angustiados en cuyos mundos más ocultos bucean estos relatos que sacan a la luz lo subterráneo, lo raro, la corriente anómala que discurre bajo la superficie de sus vidas y brota finalmente.

Con una escritura muy precisa y una admirable eficacia narrativa, los cuentos de este volumen equilibran la calidad de una prosa de elaborada transparencia y una tensión argumental que va creciendo a medida que se avanza en cada uno de ellos.


Santos Domínguez

07 septiembre 2013

El cazador sordo




 James McClure.
El cazador sordo.
Traducción de Susana Carral.
Reino de Cordelia. Madrid, 2013.


Hugo Swart entró en el purgatorio pasadas las nueve de la noche más calurosa del año. Para él fue toda una sorpresa, al igual que para varios de sus conocidos, que lo tenían por un joven soltero y mojigato, y fueron incapaces de conciliar esa idea con la de que hubiese sido brutalmente asesinado.

Así comienza El cazador sordo, una novela policiaca del sudafricano James McClure que se publicó en 1974, en los peores años del apartheid, y que ahora publica Reino de Cordelia con traducción de Susana Carral. Un caso del teniente Kramer y el sargento Zondi, que –como La canción del perro, que apareció en esta misma editorial hace ahora un año- revela en McClure a un narrador poderoso. Y más que eso, a un escritor que combina una trama elaborada con brillantez y desarrollada con agilidad y pulso narrativo con la crítica del apartheid.

Porque, por encima de su estructura de novela policiaca, El cazador sordo es una bajada a los infiernos de los asentamientos negros de Jabula, una crítica del terror y de la violencia racial en la Sudáfrica anterior a Mandela.

Santos Domínguez

06 septiembre 2013

Una copa de Haendel



José María Jurado.
Una copa de Haendel.
La Isla de Siltolá. 
Colección Tierra. Sevilla, 2013.

Hay libros en los que se oye latir la emoción de un hombre –aquella emoción recordada en tranquilidad de la que hablaba Wordsworth- y otros en los que respira la historia de la cultura.

Una copa de Haendel, que José María Jurado acaba de publicar en la colección Tierra de La Isla de Siltolá, reúne esas dos condiciones que por sí solas justifican un libro.

Desde el primer poema –Chejoviana, que explica más de Chejov que un ensayo- hasta el último -La quencia, una elegía emocionada al familiar cercano y al maestro muerto-, en el que el poeta levanta su copa de Haendel en el brindis que cierra con una cima intensa la cordillera elevada que es este libro, sus textos discurren sin caídas en altura emocional ni en calidad literaria.

En estos poemas confluyen el pasado y la memoria personal con la música, la pintura, las ciudades y la literatura, revividas y actualizadas en la voz irrepetible del poeta, que hace suya y viva la cultura de la única manera en que la cultura importa: no como arduo material acumulativo, sino como método de construcción de la persona, para que la cultura se haga hombre y palabra -el logos espermático, el verbo hecho carne del evangelista- y hable en la voz del poeta, para que la cultura se haga mirada con la que mira el poeta.

Y esa voz y esa mirada dan lugar en este libro a poemas portentosos, como unos Fragmentos de una tabla de arcilla que podrían haber firmado Pound y cierto Eliot, igual que un Li Po doblemente sereno revive en Haiku y en Después de la lluvia.

Imposible decir cuál es más bello, escribe el poeta a propósito de un bodegón. Lo mismo puede decir el lector a propósito de estos textos en los que arde “el samovar de la memoria” y vuelan entre las nubes “los hijos de la rosa de los vientos.” 

Hay aquí muchas vidas, hay aquí mucha vida: hay un cuadro de Friedrich donde “el frío está pintado de forma minuciosa” y Schubert pasea “por la Quinta Avenida y de Medina a Olmedo.” Y hay elegías de Rilke que las nubes dejan sobre la Montaña mágica y un tetrarca en esquina esperando la muerte en Venecia.

Y mucho más: Dream a little dream of me, uno de los más bellos poemas de amor que conozco, y un estremecido y estremecedor Hora de entrada, una "lenta espadaña" en las tardes sevillanas cuando “la flor del naranjo se posa en las callejas” y la “cadencia de la tarde en un lugar de Roma”, “el cardo inmaculado de Juan Sánchez Cotán” y una Diana “cazadora de los ciervos azules de Orión.” Porque aquí, como en La noche transfigurada, “se oye respirar al mundo.”

Decía aquel crítico de mesa camilla que fue Sainte-Beuve que el plagio es aceptable a condición de que se acompañe de asesinato. Pues bien, hay libros que no merecen el plagio, pero incitan al asesinato –aunque sea metafórico- de quienes los perpetran. La piedad aconseja no citar nombres, la ética y el desprecio desaconsejan convertirse en delator.

Además de un espléndido libro, el mejor hasta ahora en la trayectoria creciente de José María Jurado, Una copa de Haendel es una invitación al plagio y al asesinato si es preciso, porque tiene varios poemas que muchos hubiéramos querido haber escrito. 

Por tener, tiene hasta un descuido tonto, una de esas erratas que pueden mejorar un texto. Me explico: si tuviera que plagiar este libro, en la página 23 me asaltaría una duda: se habla allí -esa es la errata- del “reino de lo vivos”. Y no sabría decir si sería mejor reparar el descuido restableciendo la concordancia neutra que anuncia el artículo –“el reino de lo vivo”- o la del plural que viene luego –“el reino de los vivos”.

Y es que un libro como este requiere de talento hasta para plagiarlo.

Santos Domínguez


05 septiembre 2013

Anatole France. Tais.




Anatole France.
Tais.
Traducción de Luis Ruiz Contreras.
Grabados de Paul Albert Laurens.
Edición y prólogo de Luis Alberto de Cuenca.
Reino de Cordelia. Madrid, 2013.

Reino de Cordelia publica una bellísima edición ilustrada de Tais, la novela histórica y alejandrina de Anatole France.

Esta edición reproduce los grabados de Paul Albert Laurens que aparecieron en la edición de 1900 y la traducción de Luis Ruiz Contreras, actualizada por Luis Alberto de Cuenca, que ha escrito un prólogo sobre la historia bibliográfica de este libro, del que hace “una vindicación entusiasta” de “su enorme fuerza narrativa, su profundidad psicológica y su capacidad descriptiva fuera de lo común.”

Su asunto es la historia de Tais, la cortesana de Alejandría que vivió en el siglo IV y sería canonizada después de ingresar en un convento para someterse a una dura disciplina durante cinco años para redimir su pasado y de que la monja Roswitha de Gandersheim reivindicase su figura en el siglo X. En contraste con ella, la infelicidad obsesiva de los anacoretas tentados por diablos en el desierto egipcio. Y entre ellos, en primer lugar Pafnucio, el monje atormentado y enamorado que sabía que Tais era su pecado.

Santos Domínguez


04 septiembre 2013

El samurái barbudo




Koda Rohan.
El samurái barbudo.
Traducción de Naoaki Shimada.
Introducción de Carlos Rubio.
Satori Ediciones. Gijón, 2012.

En su magnífica colección Maestros de la Literatura Japonesa, Satori Ediciones publica dos novelas de Koda Rohan (1867-1947), La pagoda de los cinco pisos El samurái barbudo, presentadas por un prólogo de Carlos Rubio en el que destaca que “con su voz antigua, la obra de Rohan supo capturar la vitalidad y el optimismo constructivo de la sociedad japonesa” de finales del XIX.

El destino colectivo y el individual, la vida y la muerte, a través de las diversas situaciones a las que se enfrentan los personajes de estas novelas que son también una parábola de la condición humana, el honor y la dignidad, la amistad y el sentido de la existencia en una síntesis de ideas y propuestas que van de lo filosófico a lo estético, del humanismo al optimismo social, del taoísmo a la confianza en el arte como medio de iluminación del hombre.

Santos Domínguez

03 septiembre 2013

Enrique Serna. La ternura caníbal



Enrique Serna.
La ternura caníbal.
Páginas de Espuma. Madrid, 2013.

Intensos, compactos y sorprendentes, los diez relatos que Enrique Serna ha reunido en La ternura caníbal, que publica Páginas de Espuma, exploran las relaciones de poder en la pareja, la lucha destructiva entre los amantes por la dominación.

Condensación, eficacia narrativa, reducción de la trama a su núcleo conflictivo son algunas de las constantes técnicas que acreditan a Enrique Serna como un narrador eficiente en estos relatos. Unos textos que mezclan crueldad y humor negro, tragedias grotescas y una mirada irónica e implacable que recuerda al esperpentismo y a Buñuel.

Desde la venganza póstuma de Entierro maya hasta La incondicional que ajusta cuentas al pie de la cama de su marido moribundo, diez espléndidos cuentos habitados por personajes tan contradictorios como sus sentimientos y sus comportamientos.

Santos Domínguez

02 septiembre 2013

Coetzee. Escenas de una vida de provincias




J. M. Coetzee.
Escenas de una vida de provincias.
Traducciones de 
Juan Bonilla (Infancia).
Cruz Rodríguez (Juventud).
Jordi Fibla (Verano).
Mondadori. Barcelona, 2013.

Mondadori reúne en un volumen (Escenas de una vida de provincias) las tres entregas de la espléndida autobiografía novelada en la que J. M. Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940) proyecta una mirada distante, panorámica y lúcida sobre sí mismo.

Un narrador en tercera persona resume ese distanciamiento emocional sobre su propia historia al evocar la niñez a comienzos de los años cincuenta en Infancia o al trazar en Juventud el autorretrato del artista adolescente lleno de dudas en la búsqueda de su propia identidad vital y literaria.

La tercera parte -Verano- culminaba ese proceso con una implacable vuelta de tuerca para contemplar un periodo crucial de su vida desde la distancia definitiva de la otra orilla. Muerto ya, recurre a la figura de un investigador que intenta reconstruir esa época del escritor a través de cinco entrevistas a personas que lo conocieron. Una antigua amante, que destaca su tendencia al onanismo, su prima Margot, una viuda brasileña que despreció su debilidad, y dos colegas de la Universidad: Martin y Sophie. Sus testimonios completan una imagen coherente y autocrítica que explora el límite de la escritura introspectiva y de la memoria y atraviesan una obra en la que brillan por igual el estilo y la inteligencia.


La reflexión autocrítica sobre su vida y su vocación literaria se recogen ahora en un solo volumen que permite leer de un tirón las memorias noveladas de uno de los narradores imprescindibles de los últimos años.

Santos Domínguez

01 septiembre 2013

Enrique Falcón. Porción del enemigo





Enrique Falcón.
Porción del enemigo.
Calambur. Madrid, 2013.

La pregunta que este libro nos confía no es si nuestro enemigo podrá ser vencido, sino si podremos mirarlo de una vez, ahora, al menos un centímetro por encima de nuestros propios terrores, escribe Enrique Falcón en el Preliminar de Porción del enemigo, que cierra en Calambur su Trilogía de las Sombras, de la que forman parte también Amonal Taberna roja.

La poesía de Enrique Falcón brota de una doble actitud crítica: la conciencia del mundo y la conciencia del lenguaje para expresar el conflicto en un momento tan decisivo como este, para mirar la realidad desde la disidencia y para llamar a las cosas por su nombre, que es la primera condición para modificarlas.

Por eso estos poemas, escritos a dos metros del apocalipsis, practican una disidencia múltiple: de las condiciones políticas y sociales de la actualidad y de las convenciones del lenguaje ordinario, invitan a la insurgencia, como en la Canción del levantado ( No esperes casi nada de su magistratura / No reces en su lengua, no bailes con sus ropas / No pierdas nunca el agua que duerme a los guardianes / Ni alojes en su boca la sal de tu sabor), o practican el sarcasmo paródico del Salmo 23 (El Señor es mi pastor, nada me falta).

Poemas escritos contra el enemigo, contra aquellos que esperan que te rindas. / Que devuelvas las canciones a sus cuartos.

31 agosto 2013

Ángel Rupérez. Sorprendido por la alegría


Ángel Rupérez.
Sorprendido por la alegría.
Bartleby Editores. Madrid, 2013.

Entre los cimientos de la identidad, el paisaje familiar de la infancia y un agudo sentimiento de la temporalidad, la poesía serena y meditativa de Ángel Rupérez evoca en Sorprendido por la alegría (Bartleby Editores) al padre enfermo con un ruido de fondo de fuentes y pájaros sin tiempo.

Una poesía cuya hondura se ancla en la memoria, en la emoción recordada en tranquilidad de la que hablaba Wordsworth, junto con la de Emily Dickinson o la de Luis Cernuda una de las presencias más significativas de estos textos llenos de destellos y de sentimiento del paisaje.

Junto con la naturaleza y el recuerdo, en la armonía del pasado y el presente, la música, la luz, la pintura de Rembrandt, los ámbitos urbanos en una constante celebración de la vida, ese eterno retorno: para que no nos deje la luz, / ni nos abandone el entusiasmo.

Santos Domínguez

30 agosto 2013

Mauricio Wiesenthal. Perdido en poesía




Mauricio Wiesenthal.
Perdido en poesía.
La Isla de Siltolá. Sevilla, 2013.

La fuerza de la respiración y el ritmo del aliento distinguen a cada poeta, escribe Mauricio Wiesenthal en la presentación de Perdido en poesía, el volumen en el que La Isla de Siltolá recoge su poesía inédita.

Métrica rigurosa y reflexiva, sensualidad de la palabra meditativa, búsqueda de la armonía son algunas de las claves de unos versos en los que la emoción y la experiencia, la memoria y las iluminaciones construyen una poesía que aspira a conseguir, en palabras de su autor, el aire puro de la oración, la belleza limpia de las aristas glaciares y el refugio de la soledad enamorada.

Una reunión de textos de diversos libros y tonalidades que culminan en el delicado aire de jardín andalusí que tienen los Poemas del Astrónomo, herederos de aquellos poetas que llegaron de Siria o de Bagdad a darnos lecciones de sentidos: No te apiades de mi vejez porque, desde el día que te fuiste con mi juventud, he esperado, con ansia, la triste hora enlutada de los cabellos blancos.

Santos Domínguez

29 agosto 2013

Alfredo Rodríguez. Urre aroa



Alfredo Rodríguez.
Urre aroa.
Seis poetas de Tierra Naba.
Los papeles del sitio. Sevilla, 2013.

Seis poetas nabarros - así, a la manera antigua vascuence- que podrían haber existido. Los que reúne Alfredo Rodríguez en Urre aroa, un volumen espléndidamente editado con tipografía Ibarra en Los papeles del sitio.

Entre Henrique de Ariztarai –el mayor poeta de los nabarros- y el sefardí Inaxio de Huvilzieta, seis complementarios, seis poetas apócrifos que escribieron a las puertas del Renacimiento. Seis poetas necesarios que Alfredo Rodríguez convoca con unos versos que son su verdadera fe de vida.

Seis poetas que viven en unos versos atravesados por la emoción y escritos a prueba de siglos, ajenos al tiempo y a sus destrucciones. Vivos en una memoria sucesiva de vida y muerte en la que se superponen el poeta real y sus criaturas: Yo soy el que cerraba las puertas de la noche.

Santos Domínguez

28 agosto 2013

Michael Hamburger. La vida y el arte



Michael Hamburger.
La vida y el arte.
Antología poética.
Edición y traducción de Matías Serra Bradford.
Lumen. Barcelona, 2013.

Sebald trazó de él un retrato inolvidable en Los anillos de Saturno. Michel Hamburger (1924-2007), que llegó a Inglaterra en 1933 huyendo con su familia del nazismo, pasó su vida tendiendo puentes entre el inglés y su lengua materna y entre su casa y la naturaleza desatada de un jardín asilvestrado.

Si lo primero lo convirtió en un poeta inglés de Alemania y en un prestigioso traductor de poesía alemana – sobre todo Hölderlin y Celan- al inglés, lo segundo –la mirada a la naturaleza- constituye el núcleo de su mundo poético, en el que, como otros poetas ingleses, aunó naturaleza y estudio, contemplación y pensamiento: En la media luz tardía, la tierra / nos deshereda por completo.

Hamburger es poeta de descampado, poeta con gato y con paisaje, autor de una poesía de la mirada y la memoria, de unos textos que aspiran a decir lo indecible, a expresar lo inefable. Por eso los mejores poemas –dice Hamburger- son los que saben más que yo, incluso acerca de mí mismo, los que sorprenden en primer lugar al poeta en la revelación de lo oculto, los que descifran un secreto.

Esta es la primera antología individual en español de Hamburger, al que este mismo traductor, Matías Serra Bradford, incluyó en la amplia muestra de poesía inglesa La isla tuerta (Lumen), en la sección Excursionistas.

Santos Domínguez

27 agosto 2013

José Ramón Ripoll. Piedra rota




José Ramón Ripoll.
Piedra rota.
Tusquets. Barcelona, 2013.

¿Te ofreces por azar al caminante / o eres tú, piedra rota, el principal motivo de su rumbo?

En la orilla del mar, una piedra rota se convierte en símbolo del mundo, en metáfora de un tiempo sin tiempo, / tiempo sin espacio. / Sólo un punto inasible en el vacío.

En torno a ese eje gira Piedra rota, el último libro de José Ramón Ripoll, que acaba de publicar Tusquets en su colección Nuevos textos sagrados. Porque esa piedra rota es también un espejo del poeta: has llegado hasta aquí para anunciarme, / no tu largo viaje, / sino mi rostro.

Y así, organizado en una secuencia  progresiva- Encuentro, Reconocimiento y Abandono- se desarrolla un texto de intensidad creciente, porque Piedra rota es un poema unitario articulado en una estructura musical con un preludio y esas tres partes -tres movimientos de un mismo proceso espiritual- que sostienen la búsqueda interior sobre la que se construye esta poesía interrogativa en busca de respuestas y de iluminaciones: Es luz este vacío.

Santos Domínguez

26 agosto 2013

Rafael Saravia. Carta blanca



Rafael Saravia.
Carta blanca.
Calambur. Madrid, 2013.

Carta blanca, el cuarto libro de Rafael Saravia, responde a un doble impulso imprescindible en la poesía: la mirada crítica a la realidad y el compromiso ambicioso con el lenguaje.

Por eso sus referentes poéticos, que van de Valente y Pérez Estrada a Gamoneda, Gelman o Mestre, inspiran ese doble impulso, sostenido con variaciones en las tres partes en que se articula el libro -Solo, Hasta que llegue diciembre y Carta blanca- y en unos poemas que pasan de lo íntimo a lo público, de la indignación al amor, de la búsqueda a la insurgencia, para combinar intensidad de lenguaje y altura de voz entre la fidelidad a la memoria y la militancia infatigable en la utopía.

Un ejemplo, estos versos del espléndido Tiempo de contar: Con el tiempo, se hizo medible la esperanza... / La premura se acomodó en el segundo, / el ímpetu en la hora, el cambio en el día, / la razón en los meses venideros, / el poema en cada sentencia futura.

Santos Domínguez

25 agosto 2013

Montaigne. Ensayos completos






Michel de Montaigne. 
Ensayos completos. 
Traducción de Almudena Montojo.
Introducción y notas de Álvaro Muñoz Robledano.
Cátedra. Biblioteca Avrea. Madrid, 2013

Hablar del ensayo sin mentar al padre es algo parecido a un parricidio freudiano e imperdonable.

Esta espléndida edición en Cátedra Avrea de los Ensayos completos de Montaigne, traducidos por Almudena Montojo, anotados y prologados por Álvaro Muñoz Robledano, reúne en un cuidado tomo los ensayos de aquel Miguel de la Montaña que admiraba un castizo Quevedo.

Este es un libro de buena fe, lector, decía Montaigne en la presentación al lector de sus Ensayos. Cuando los publicó en 1580, adelantándose en un cuarto de siglo al Quijote y en dos décadas a Hamlet, no sólo se convertía en uno de los padres de la modernidad. Estaba fundando un género que ahonda en el conocimiento de sí mismo -yo mismo soy la materia de mi libro- y que indaga subjetivamente en la realidad, porque, explicaba, esto que aquí escribo son mis opiniones e ideas; yo las expongo según las creo atinadas, no para que se las crea. No busco otro fin que descubrirme a mí mismo.

Todo eso empezó con estos Ensayos, con un Montaigne en estado puro: intelectual lúcido, humanista comprensivo y escritor irónico que, a la vez que creaba el nuevo género del ensayo, usaba en su prosa el estilo de la libertad, un estilo intermedio entre la altura literaria y el uso corriente.

Así empezó a consolidarse un modelo estilístico capaz de combinar la elegancia y la transparencia. Pero no se trataba de una mera cuestión de estilo, sino de algo más hondo y más transcendente: de la construcción de un modelo cultural y social que sería durante décadas el más representativo de la modernidad literaria en Europa.

Santos Domínguez



24 agosto 2013

Andrés Trapiello. Miseria y compañía



Andrés Trapiello.
Miseria y compañía.
Pre-Textos. Valencia, 2013.

Pre-Textos publica Miseria y compañía, la decimoctava entrega de Salón de pasos perdidos, los diarios diferidos de Andrés Trapiello. Desde aquel ya lejano El gato encerrado, los diarios del leonés llegan ahora al año 2004. A debida distancia, las notas de aquel año, en las que ya importa menos el tiempo que el recuerdo, se reelaboran con creciente ironía, en la lengua de los melancólicos, como la define Trapiello.

Entre un estremecedor episodio inicial con una liebre nocturna en el invierno y un acoso cibernético para acabar el año, Las Viñas, el Rastro, las exposiciones, la vida literaria... Miseria y compañía trata de lo de siempre en esta novela en marcha que es, como la vida, siempre igual y siempre distinta.

Con Cervantes, Galdós, Baroja, Gómez de la Serna o Gaya al fondo, situaciones absurdas -como la insufrible conferencia del filósofo italiano Giorgio Agamben en el Círculo de Bellas Artes- o dramáticas, como los atentados de Atocha, privadas o públicas, significativas o intranscendentes por las que discurre el  merodeo deambulatorio del personaje; la literatura, la pintura, los amigos o los enemigos, la vida familiar o los libros, sus referentes temáticos; el subgénero de la vida literaria, las fobias indisimuladas y tenaces, el campo de visión sobre el que se proyecta la mirada solanesca y la afilada prosa barojiana de Trapiello. El morbo añadido del cotilleo cultural, las claves identificadoras del personaje que se esconde detrás de una inicial, añaden una propuesta cómplice al lector, una invitación a mirar por la cerradura un baile de máscaras en que cada uno –incluido el narrador distante y autocompasivo - desempeña su papel de convidado del autor que desde hace más de veinte años escribe estos libros adictivos para sus lectores.

Santos Domínguez

23 agosto 2013

Soseki. Sueño de la libélula


Natsume Soseki.
Sueño de la libélula.
Edición de Fernando 
Rodríguez-Izquierdo.
Satori. Gijón, 2013.

Sueño de la libélula, de Natsume Soseki, es uno de los libros que inauguran la bellísima colección Maestros del Haiku que ha empezado a publicar Satori, la editorial gijonesa especializada en la cultura del Japón. Publicado a la vez que las Sendas de montaña de Basho, los dos volúmenes inaugurales –se anuncian otros títulos de Shiki o Akutagawa-, editados en un delicado y manejable formato en octavo menor, han sido preparados por Fernando Rodríguez-Izquierdo, que se ha ocupado de la selección, traducción, introducción  y notas de dos títulos que resumen el canon del haiku.

La mirada espiritual a la naturaleza, el paisaje como proyección de los estados de ánimo, la concentración expresiva, la sugerencia sutil, la leve melancolía hacen de estos haikus una de las manifestaciones más estilizadas de la poesía universal.

Poco importa ante la fuerza de estos textos saber que Basho vivió en el XVII, porque parece un contemporáneo en su ironía autocrítica o en la contemplación de la naturaleza, o que Soseki, más conocido como narrador, abandonara este tipo de literatura cuando se le diagnosticó una úlcera gástrica que acabaría deteriorando su organismo. Lo importante, lo que queda para siempre, es que en estos haikus se sigue oyendo el ladrido de un perro en la noche lluviosa y el ruiseñor sigue cantando en un sauce dormido en una fiesta en la que se unen los sentimientos y las sensaciones para crear una poesía imperecedera.

Dos características destaca Fernando Rodríguez-Izquierdo en su introducción a la antología de setenta haikus inéditos en español de Natsume Soseki: la progresiva depuración de su estilo y la disolución de su identidad personal en la naturaleza.

La estilización de su mundo lírico y la interiorización del paisaje dan a los haikus de Soseki un intenso contenido conceptual o metafórico que muchas veces es resultado de una elipsis:

Cayeron hojas,
y el viento las encumbra
sobre las torres.

El otoño, la niebla, la cellisca, la lluvia desdibujan en estos textos el contorno de las cosas, los perfiles del propio poeta y de su identidad borrosa:

Por la ciudad me muevo,
entre ocres de neblina:
mera silueta.

En muchos de estos haikus se solapan la mirada exterior y la meditación en un simbolismo del paisaje que expresa el interior del que lo mira. Una aguda conciencia del tiempo fugaz en la contemplación del agua que fluye, en la fuerza destructiva del granizo, en la sucesión de las estaciones o en esa flauta que se despide entre la indefinición de los puntos suspensivos y de la bruma:

Yendo va ..., yéndose...;
y entre brumas, su flauta
de despedida.

Santos Domínguez

22 agosto 2013

Para llegar a La Habana


Enrique Sacerio-Garí.
Para llegar a La Habana. 
Prólogo de Norberto Codina.
Bartleby Editores. Madrid, 2013.

Me preguntan por mi poética y la respuesta rápida es que tiene que ver con Cuba, con fechas y hechos (mejor dicho, lo hecho), vivencias aparentemente desparramadas, semillas que producen raíces interreales. Lo interreal es lo sencillo y concreto con un doble sentido de ausencia y conciencia histórica intertextual. Mi poesía tiene que ver con la distancia que me separa de Cuba y las distancias que me acompañan en lo cotidiano, afirmaba Enrique Sacerio-Garí (Sagua la Grande, 1945) en una ponencia que leyó en la sesión "La literatura cubana de la diáspora" que se desarolló en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, el 7 de diciembre de 2002.

Y esas claves de su poética son las que que vertebran su último libro, Para llegar a La Habana, que acaba de publicar Bartleby con un elocuente prólogo de Norberto Codina.

Entre Lezama (Para llegar a Montego Bay) y Cortázar  (Para llegar a Lezama), entre Sagua y La Habana, entre la nostalgia y la esperanza, Para llegar a La Habana es un constante viaje de ida y vuelta en el que se confunden el telar de Penélope con su continuo ir y venir y la figura de Ulises, en un trayecto desde el presente al pasado, desde las ciudades del mundo hasta el paisaje original de la infancia desde Estados Unidos a Cuba, porque no hay más Sur / que Cuba / desde lo southernmost / ni más norte / que Martí.

Travesías del presente en un espléndido conjunto de poemas del regreso, con un agudo sentido de la temporalidad y una insistente búsqueda de la identidad entre las referencias autobiográficas y las alusiones metapoéticas: Quién nos va a decir / lo que hacían nuestras abuelas en 1898, / ¿quién logra ver lo que conforma sus manos?, / ¿una copa de cristal fino, un diamante / o la hora más oscura de los carboneros?
Santos Domínguez

21 agosto 2013

El Libro de los Cantos




El Libro de los Cantos.
Edición y traducción 
de Gabriel García-Noblejas.
Presentación de Luis Alberto de Cuenca.
Alianza Literaria. Madrid, 2013.

En una espléndida edición bilingüe, con traducción y estudio preliminar de Gabriel García-Noblejas, Alianza Literaria publica El Libro de los Cantos, el libro de poemas más antiguo de China y uno de los grandes monumentos literarios de su cultura.

Tres mil años tienen los poemas más antiguos que se recogen  en este libro, uno de los cinco que forman la base de la civilización china. Un volumen que reúne trescientos cinco textos de carácter lírico o épico en los que campesinos sin nombre celebran los ciclos agrícolas y las cosechas, reniegan de las guerras y de los señores que los explotan y evocan ríos con orillas propicias para el amor o la nostalgia.

Anónimos y orales, ligados a la vida colectiva, al trabajo agrícola o a las danzas de fertilidad; rituales, populares o satíricos, heroicos o reivindicativos, se organizan en cuatro secciones –Cantos de los Reinos, Cantos menores, Cantos mayores y Cantos ceremoniales- que hablan de la familia, la religión y el gobierno.

Las estaciones del año, el amor y el tiempo, la lírica femenina, el lamento de la ausencia del amigo en escenas de interior o en proyecciones sentimentales en el paisaje, la capacidad evocativa y la sugerencia del lenguaje metafórico de animales y flores son algunos de los rasgos de unos textos que tienen –pese a su lejanía espacial y temporal- un cierto aire de familia que los emparenta en su carácter femenino con las cantigas, las jarchas, los villancicos o las cançós. Con la sencillez de su esquema métrico se suceden temas universales como el amor o el tiempo, se cultivan ciertas estructuras geométricas o reiterativas para expresar el deseo o el miedo a la muerte, unidos en un anticipo del carpe diem latino, se oye la canción que alivia la dureza del trabajo o celebra las fiestas y los ciclos estacionales, la que acompaña a la danza o conjura a los espíritus que protegen la casa o amenazan las cosechas.

Santos Domínguez

20 agosto 2013

Luis Izquierdo. La piel de los días



Luis Izquierdo.
La piel de los días.
Lumen. Barcelona, 2013.

El viaje y la pintura, Velázquez, Goya, los abstractos, con la música al fondo, conviven con “cierto aire de crónica cotidiana” y de mirada crítica y retrospectiva sobre el siglo XX y sus variadas barbaries en los textos de La  piel de los días, de Luis Izquierdo (Barcelona, 1936), que publica Lumen.

Ironía, experiencia y reflexión del jubilado melancólico que se autorretrata en su última entrega poética, en la que el paso del tiempo –el dibujo del tiempo es imposible- va proyectando su sombra nocturna sobre el paisaje y las calles de la ciudad.

Con un irónico intermedio úrsido, los días iniciales y los días finales de sus dos partes combinan la palabra discursiva organizada en silvas y la abstracción para construir una poesía que se convierte en lugar de encuentro entre la memoria y el futuro: escribir y entender que a cierta edad / la belleza es también melancolía.

Santos Domínguez

19 agosto 2013

Lêdo Ivo. Aurora




Lêdo Ivo.
Aurora.
Traducción de Martín López-Vega.
Pre-Textos. Valencia, 2013.

Pre-Textos publica, con traducción de Martín López-Vega, la primera edición en portugués y castellano de Aurora, el libro póstumo de Lêdo Ivo (Maceió, 1924-Sevilla, 2012), uno de los grandes de la poesía en portugués de las últimas décadas, uno de esos pocos poetas con los que el lector tiene la impresión de que la poesía es una actividad indispensable que, como la luz, desciende sobre los hombres.

Y eso es también Aurora: un libro de celebración de la luz tras la sombra de la noche (Nazco ahora / -nazco de mí mismo- /al mundo luminoso /de una aurora perpetua), el amanecer al amor de un cuerpo que la oscuridad no osa esconder / a mis ojos abiertos para siempre.

Un libro que contiene poemas memorables como La verdad sobre Homero (No es cierto que Homero haya existido) En el bosque, que termina con este deseo: Busco el lugar del rayo. Quiero el trueno y el relámpago.

Santos Domínguez

18 agosto 2013

Jaime Siles. Canon





Jaime Siles.
Canon.
Introducción de Henry Gil.
Libros del Aire. Madrid, 2013.

Un completo estudio introductorio de Henry Gil sobre la construcción del sistema poético de Jaime Siles abre la reedición de Canon en la colección Jardín Cerrado de Libros del Aire.

Tras dos plaquettes previas, Canon fue el primer libro de Siles, con el que en 1973 obtuvo el premio Ocnos. En sus poemas reconocía el jurado un rasgo que sería constante en la trayectoria de su autor: el rigor estético, al que habría que añadir la difícil tensión entre la herencia clásica y la voluntad experimental que reflejaban sus versos.

Bajo el signo de Heráclito y el tiempo, se suceden en ellos el átomo y el logos, las las revelaciones órficas y el pitagorismo, la abstracción conceptual y la búsqueda de la identidad: Continuo comenzar fluyendo siempre / en un compás de arenas fugitivas. / Mi cuerpo crece paralelo al hondo / renacer incesante de la espuma.

Cuarenta años después, con la perspectiva de una obra consolidada a partir de entonces, Canon se revela como una obertura en la que se incoan temas, tonos y formas que alcanzarían un desarrollo completo en la trayectoria posterior de Siles, autor de una de las obras más rigurosas y exigentes del panorama poético español contemporáneo.

Santos Domínguez


17 agosto 2013

Antología de poesía checa contemporánea





Antología de poesía checa contemporánea.
Edición de Radim Kopáč.
Traducción de Patricia Gonzalo de Jesús.
Pre-Textos. Valencia, 2013

En su colección La Cruz del Sur, Pre-Textos publica una completa Antología de poesía checa contemporánea preparada por Radim Kopáč y traducida por Patricia Gonzalo de Jesús.

En edición bilingüe, una selección de diez poetas actuales que ofrecen una muestra representativa de la poesía checa después de Jaroslav Seifert, cuya figura tutelar evoca Monika Zgustová en el texto de presentación de un volumen que ofrece más de trescientas páginas de calidad y variedad poéticas y que se cierra con un epílogo en el que el antólogo, Radim Kopáč, recoge la diversidad de actitudes ante la poesía y la vida de cada uno de los diez poetas antologados.

Una muestra amplia tanto por el número de poemas seleccionados –quince en cada poeta- como desde el punto de vista cronológico, porque entre el mayor, Karel Šiktanc (1928) y la más joven, Marie Štastaná (1981) hay más de medio siglo de diferencia, la misma distancia que hay entre un abuelo y su nieta, entre tres generaciones, en definitiva, con todo lo que eso implica de diferencias vitales, ideológicas o literarias.

Desde Karel Šiktanc –“la figura poética más destacada de este libro, sin duda el más original e innovador”, en palabras de Monika Zgustová-, esta variada sucesión de estilos distintos, de temas y actitudes, de lecturas y direcciones estéticas refleja la vitalidad de una poesía felizmente heterogénea en la que las voces se han impuesto sobre los ecos, y los nombres sobre los grupos y las generaciones.

Un panorama desde los puentes de Praga.

Santos Domínguez

16 agosto 2013

Nueva York después de muerto




Antonio Hernández.
Nueva York después de muerto.
Calambur. Madrid, 2013.

En algún lugar de su mundo dejó escrito proféticamente Rilke que el poeta es un cazador de voces. A ese designio responde Nueva York después de muerto, el último libro de Antonio Hernández que acaba de aparecer en Calambur. Su título es el del proyecto de una trilogía con la que Luis Rosales quería cerrar su obra, una idea frustrada por la enfermedad y la muerte del poeta que es el eje de este libro, un homenaje al maestro y a García Lorca, el maestro del maestro, en un cruce de caminos que terminan siempre en Nueva York, la ciudad de la muerte y de la aurora con aguas podridas y columnas de cieno.

Ese es el núcleo espacial de referencias de una compleja red de relaciones que vinculan a Rosales y Lorca en su común origen granadino, en su amistad y en el peso de la calumnia sobre el asesinato de Federico que Rosales soportó a lo largo de su vida. Nueva York, pues, vertebra este libro de Antonio Hernández y vincula a los dos poetas como la gran ciudad real y como el espacio metafórico al que Lorca dedicó su mejor libro y en el que Luis Rosales pensaba centrar su trilogía.

Y el lector no sabría decir si Antonio Hernández, que no renuncia en algunos momentos a sumar ironía y emoción en una mezcla explosiva, ha cedido discipularmente la palabra a los dos maestros para que resuman su conciencia moral y su dicción poética, o si han sido ellos los que han invadido estas páginas con sus voces poderosas e inconfundibles para habitar uno de los libros más intensos y potentes de Antonio Hernández, probablemente también el más arriesgado de toda la trayectoria de un poeta que une como pocos conciencia del lenguaje y conciencia ética. Un poeta a quemarropa que es ingenuo y cabal y sabe estremecerse.

Santos Domínguez

15 agosto 2013

Víctor Botas. Poesía completa



Víctor Botas.
Poesía completa.
Edición y prólogo
de José Luis García Martín.
La Isla de Siltolá. Sevilla, 2012.

Un espléndido volumen, cuidado hasta el mínimo detalle tipográfico, reúne la Poesía completa de Víctor Botas (1946-1994), quince años de actividad literaria que truncó su muerte prematura.

El amor, la muerte, la historia personal, la mirada satírica son los temas con los que Víctor Botas construye una poesía singular. Breve, intensa, variada o inagotable son algunos de los epítetos con los que José Luis García Martín, responsable de la edición del volumen, caracteriza una poesía cuya singularidad reside sobre todo en el tono de voz del poeta.

Un tono de voz que empieza a tener un perfil personal a partir de Prosopon y sobre todo –paradójicamente-a partir de la peculiar reescritura de textos ajenos en Segunda mano. Es un proceso de ósmosis en el que Botas se alimenta de la tradición y devuelve esos textos en su propia voz, cada vez más inconfundible, siempre entre dos extremos, la hondura elegiaca y la sátira despiadada.

Es la cultura vivida y asimilada, alejada del adorno de bisutería del culturalismo más superficial. Con un distanciamiento que se sirve por igual de la ironía y del mundo antiguo, la vida y la literatura, la experiencia personal y el simbolismo culturalista, el humor y la amargura vertebran una obra poética que construye un universo literario tan singular y tan auténtico que el tiempo no ha sido capaz de dañarlo.

Santos Domínguez

14 agosto 2013

Maestros del Haiku


Matsuo Basho.
Por sendas de montaña.
Edición de 
Fernando Rodríguez-Izquierdo.
Satori. Gijón, 2013.



Natsume Soseki.
Sueño de la libélula.
Edición de 
Fernando Rodríguez-Izquierdo.
Satori. Gijón, 2013.

Por sendas de montaña, de Basho, y Sueño de la libélula, de Soseki, dos autores fundamentales en la configuración y el desarrollo del haiku japonés, inauguran la bellísima colección Maestros del Haiku que ha empezado a publicar Satori, la editorial gijonesa especializada en la cultura del Japón. Esos dos volúmenes inaugurales –se anuncian otros títulos de Shiki o Akutagawa-, editados en un delicado y manejable formato en octavo menor, con setenta inéditos en español cada uno de ellos, han sido preparados por Fernando Rodríguez-Izquierdo, que se ha ocupado de la selección, traducción, introducción  y notas de unos poemas de Basho y de Soseki que resumen el canon del haiku.

La mirada espiritual a la naturaleza, el paisaje como proyección de los estados de ánimo, la concentración expresiva, la sugerencia sutil, la leve melancolía hacen de estos haikus una de las manifestaciones más estilizadas de la poesía universal.

Poco importa ante estos textos saber que Basho vivió en el XVII, porque parece un contemporáneo en su ironía autocrítica o en la contemplación de la naturaleza, o que Soseki, más conocido como narrador, abandonara este tipo de literatura cuando se le diagnosticó una úlcera gástrica que acabaría deteriorando su organismo. Lo importante, lo que queda para siempre, es que en estos haikus se sigue oyendo el ladrido de un perro en la noche lluviosa y el ruiseñor sigue cantando en un sauce dormido en una fiesta en la que se unen los sentimientos y las sensaciones para crear una poesía imperecedera.

Santos Domínguez