15 julio 2011

Los barcos se pierden en tierra


Arturo Pérez-Reverte.
Los barcos se pierden en tierra.
Alfaguara. Madrid, 2011.

A la vez que anuncia para este otoño la aparición de El puente de los asesinos, la séptima entrega de las aventuras del capitán Alatriste, Alfaguara publica Los barcos se pierden en tierra, un volumen que recoge cerca de cien textos y artículos de Arturo Pérez-Reverte sobre barcos, mares y marinos, escritos entre 1994 y 2011, publicados la mayoría, inéditos algunos.

Hay mucho mar, del de los libros y del de verdad —del que te ahogas, vamos— en las páginas que siguen. Hay sangre chorreando por los imbornales, Stevenson y Mac Orlan, y Justin Scott, y a la vez meteorología, borrascas perfectas, defensa del atún, medusas, aventuras con las lanchas aduaneras y capones a los marinos de agua dulce que exhiben calzado de moda en el pantalán. Y hay, claro, mucho Pérez-Reverte.(...) El mar esencializa su amor por la aventura y por la belleza indómita del mundo, su coraje y su sentido elevado de la amistad y del honor, su romanticismo y su humor, pero también sus nostalgias, tristezas y pesimismos —«el mar auténtico no interesa en España», deplora como un Larra marino—, su vehemencia, su bronca relación con lo que le disgusta, su cinismo y esa inexplicable misantropía rayana a veces en la crueldad que tanto nos asombra a sus amigos, señala Jacinto Antón en el texto introductorio (Sopla el viento en las jarcias, bajo las estrellas) que ha escrito para presentar esta amplia recopilación de artículos de Pérez-Reverte sobre mares y barcos.

Desde los dos primeros (Paco el Piloto y El chulo de la isla), dos artículos de 1994, quedan fijadas las tonalidades de estos textos, en los que conviven las múltiples voces de Pérez-Reverte: el lírico y el gamberro, el narrador de talento (un simple Tusitala de infantería) y el articulista bronco y valiente que denuncia los abusos de un oficial macarra o las depredaciones de las flotas pesqueras, el aventurero solitario y el pesimista incorregible, el escritor políticamente incorrecto y el navegante que mantiene una ambigua relación amorosa con el mar, el que rinde homenaje a la gente marinera y el que ajusta las cuentas a los balleneros, a los atuneros o a los tripulantes horteras de motos náuticas.

Y así en una marea creciente de palabras, el lector llega al último, espléndido artículo que da título a la recopilación: Los barcos se pierden en tierra, un texto de este mismo año en el que Pérez-Reverte se funde y se confunde con Ulises en una épica y una lírica del mar, de la aventura y de la navegación como metáfora de la vida.

Hay en esta recopilación un texto central: El doblón del capitán Ahab, que resume el mundo literario y vital de Pérez-Reverte, un texto que navega por su memoria y expresa su relación con el mar como espacio esencial de aventura, y evoca sus lecturas sobre temas marítimos y hasta su concepto de la narración.

Comparten estas páginas, escritas con la pasión del lector y la pericia del navegante, Ulises y el capitán Haddock, la vida y la literatura, los libros y los sueños, las batallas navales y las novelas, los bares portuarios con gente callada y solitaria, los domingueros con la familia a bordo del fueraborda, los cuarentones panzudos con música hortera, bañadores floridos y multiusos y pañuelo en la cabeza. A esos piratas chungos, a esos Cantinflas de playa en motos náuticas dedica uno de sus artículos, que termina con este lamento sobre esa nueva plaga que ataca la costa:

Sea usted hace tres o cuatro siglos un cabrón como Dios manda, asalte galeones españoles, saquee Maracaibo, cuelgue a capitanes enemigos del palo mayor, pase a los prisioneros por la tabla o por la quilla, viole a la sobrina del gobernador de Jamaica, abandone a tripulantes amotinados en una isla desierta, vuele su barco desarbolado para no caer en manos de los jueces del rey, o termine sus días como digno pirata, ahorcado, y ponga tan amena y edificante biografía bajo la bandera negra de los bucaneros, para que esa misma enseña, cuya vista antes helaba la sangre, termine en número de circo, enarbolada por media docena de Cantinflas de playa.

Qué tiempos éstos, me dije, en que cualquier cagamandurrias puede tirárselas de pirata. No hay derecho a que también metan mano en eso, y ya no se reverencia ni lo más sagrado. A que la bandera más respetable de la Historia, elegida voluntariamente por lo mejor de cada casa, por los salteadores y asesinos y golfos y canallas que en nombre de la libertad, de la codicia o de la aventura se pasaban por la bisectriz todas las otras banderas inventadas por reyes y por curas y por banqueros, termine en la zodiac de unos tiñalpas espantando a las gaviotas con música discotequera. No hay derecho a que los sueños de niños que todavía miran el mar buscando su memoria en viejos libros escritos por Exmerlin y por Defoe, con espeluznantes grabados de abordajes, ejecuciones, saqueos y orgías, sean profanados de éste modo por una panda de retrasados mentales. Y entonces lamenté de veras, voto a tal, que el velero amarrado algo más allá no fuese un bergantín de antaño con la tripulación adecuada y el nombre escrito en la patente de corso auténtica y en blanco que una vez me regaló un amigo. Porque entonces, me dije, esa misma noche mandaría a tierra al contramaestre con un trozo de leva de los gavieros más duros, a fin de que cuando esos capullos de la banderita estuviesen bien mamados en un bar, los reclutasen a hostia limpia como en los viejos tiempos. Y luego despertaran a bordo en mitad del océano, comiéndose por el morro una campaña de quince meses en las Antillas, tirando de las brazas bajo el rebenque, subiendo a las vergas para tomar rizos con vientos de cincuenta nudos, antes de obligarlos a cavar sus propias fosas junto al cofre del tesoro, con el loro Capitán Flint gritándoles guasón en la oreja: «¡Piezas de a ocho!... ¡Piezas de a ocho!».


Frente a esa chusma que llena los megapuertos y se tuesta en los pijoyates, en la literatura y en la vida resisten aún los puertos viejos y sabios, y en ellos, todavía, otra raza marinera de gente de ángulos oscuros y lluviosos corazones de noviembre.

A lo largo de la mayoría de estos textos hay una reflexión descarnada sobre el pasado y el presente de España. Esa reflexión a veces tiene la forma irónica de una alegoría crítica y esperpéntica (Remando espero) y otras veces rinde homenaje a los Marinos ilustrados: Ojalá esta pobre España ágrafa y brutal, patio navajero y ruin, de toque de corneta, sable y paredón, a la que ni siquiera el diseño moderno logra barnizar el alma negra, hubiera tenido miles de hombres como ésos en los palacios, en los castillos y en los cuarteles, en las capitanías generales y en los puentes de los barcos.

Santos Domínguez

14 julio 2011

Conrad. Un paria de las islas


Joseph Conrad.
Un paria de las islas.
Traducción de Adrià Edo Moreno.
Barataria. Barcelona, 2011.

Fue la segunda novela de Conrad. Ambientada en el archipiélago malayo, hay en ella aventura, intriga y misterio, pero también un análisis de la maldad, la deshonestidad o la traición. Por esos temas y esa bajada a lo más oscuro e insondable de los comportamientos humanos, Un paria de las islas – “la más tropical de mis novelas orientales”- prefigura el territorio narrativo de Conrad. está aquí ese mar que tal vez debido a su salinidad, endurece por fuera, pero conserva la dulzura en el núcleo del alma de los que lo sirven.

La buena acogida crítica que tuvo transformó a aquel marino que escribía en un escritor profesional. Era 1897 y Conrad tenía cuarenta años y la firme determinación de dedicarse a escribir novelas con las que buscaba dos cosas: obtener reconocimiento público y exorcizar sus demonios personales y familiares.

Barataria la publica con una nueva y muy cuidada traducción de Adrià Edo Moreno.

Santos Domínguez

13 julio 2011

Cuentos memorables según Borges


Cuentos memorables
según Jorge Luis Borges

Alfaguara. Madrid, 2011.

El 26 de julio de 1935, en la revista El Hogar, Borges escribía sobre un relato de May Sinclair -Donde su fuego nunca se apaga- que le parecía el cuento más memorable que había leído.

Mencionaba en aquel artículo otros once relatos que completaban la lista de los mejores cuentos de la literatura universal. Para conmemorar los veinticinco años de la muerte de Borges, Alfaguara recoge en un volumen esos doce magníficos relatos. Además del de May Sinclair, El escarabajo de oro, de Poe; Los expulsados de Poker-Flat, de Francis Bret Harte; El corazón de las tinieblas, de Conrad; El jardinero y El cuento más hermoso del mundo, de Kipling; Bola de sebo, de Maupassant; La pata de mono, de W. W. Jacobs; El dios de los gongs, de Chesterton; la Historia de Abdula, el mendigo ciego, de Las mil y una noches; Los regalos perfectos, de O’Henry y De lo que aconteció a un deán de Santiago con don Illán, el gran mago que vivía en Toledo, de Don Juan Manuel.

Santos Domínguez

12 julio 2011

Enzensberger. Hammerstein o el tesón


Hans Magnus Enzensberger.
Hammerstein o el tesón.
Traducción de Daniel Najmías.
Anagrama. Barcelona, 2011.

Hammerstein o el tesón, de Hans Magnus Enzensberger, que será uno de los autores invitados en la Feria del Libro de Madrid, es una brillante muestra de literatura documental, a medio camino entre la biografía, el ensayo y la novela.

Lo publica Anagrama y toma como punto de partida la biografía del barón Kurt von Hammerstein-Equord, el general que estuvo al mando del ejército alemán desde 1930 hasta el triunfo del proyecto de Hitler en 1933. Como indica el subtítulo, es una historia alemana que tiene como centro a aquel militar que se opuso al nazismo, pero va más allá del relato biográfico para profundizar en las claves históricas que explican doce años de terror en la Alemania nazi y es también una reflexión sobre la identidad histórica y cultural europea. Entre la realidad y la ficción, entre el análisis documental y la reconstrucción novelística, Hammerstein o el tesón está escrito además con el acreditado talento narrativo y la habitual agudeza intelectual de uno de los grandes escritores de la Europa actual.

Santos Domínguez

11 julio 2011

Manuel Longares. Las cuatro esquinas

Manuel Longares. 
Las cuatro esquinas. 
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. 
Barcelona, 2011.

En una España en la que empezaba a amanecer, el 23 de noviembre del cuarenta y tantos, se sitúa El principal de Eguílaz, el primero de los cuatro relatos que componen Las cuatro esquinas, el último libro de Manuel Longares que acaba de publicar Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores.

En ese Madrid de los amaneceres con fusilamientos sumarios se cruzan en la glorieta de Bilbao los señoritos juerguistas que han ganado la guerra y vienen de recogida, con los obreros que salen a esa hora a trabajar. Y muy cerca de allí se producen las apariciones de una Virgen que huele a boniato. 

1940, 1960, 1980, 2000 son las cuatro décadas en las que transcurre este retablo narrativo, estos cuatro relatos que recorren las cuatro edades del hombre a través de cuatro momentos de la historia de la sociedad española contemporánea. 

Un retablo habitado por cuatro tipos de personajes: los súbditos de la posguerra, la juventud inconformista de los sesenta, las víctimas y los verdugos en los años de la transición y los ancianos preocupados por el más allá. 

 La miseria, la ingenuidad, la perfidia y la transcendencia caracterizan cada uno de esos cuatro momentos, cada uno de los cuatro episodios de estas cuatro esquinas que trazan el mapa de la España reciente. Un mapa trazado con la sutileza narrativa de Manuel Longares, con su mirada crítica, compasiva y profunda, y con una de las prosas de más calidad de la literatura española contemporánea.
Santos Domínguez

10 julio 2011

Ramiro Pinilla. Los cuentos




Ramiro Pinilla.
Los cuentos.
Tusquets. Barcelona, 2011.

Recientemente explicaba Ramiro Pinilla que lo mejor de su obra son algunos de sus cuentos, por encima incluso de la monumental trilogía Verdes valles, colinas rojas. Y daba una clave: la intensidad sostenida de la forma narrativa breve es más exigente que el universo expansivo de la novela.

Los trece relatos que acaba de publicar Tusquets en el volumen Los cuentos son la recuperación de los dos libros de cuentos -revisados para esta edición definitiva- que Ramiro Pinilla publicó en los años setenta: Recuerda, oh, recuerda y Primeras historias de la guerra interminable.

Con una potencia narrativa en la que emerge el mejor Ramiro Pinilla, los ocho relatos de este último –de Julio del 36 a Gernika- resumen la mirada del autor hacia el horror de la guerra, la zozobra de los vencidos y la represión de la posguerra. En estos cuentos están no sólo algunas de las mejores páginas de su obra, sino el germen narrativo del espacio novelístico de Getxo, de los conflictos humanos que surgen en aquella tierra convulsa y de personajes como los Baskardo, que desempeñarían un papel central en su memorable trilogía. Algunos de estos relatos muestran una potencia narrativa tan torrencial, como la del protagonista de Gernika, que se propone ganar la Copa del Generalísimo sólo para echarse a la cara al asesino de su padre y vengar su muerte.

Santos Domínguez

09 julio 2011

Borges. Cuentos completos


Jorge Luis Borges.
Cuentos completos.
Lumen. Barcelona, 2011.

Igual que su poesía, la obra narrativa de Jorge Luis Borges describe una trayectoria parabólica ascendente o sugiere el trazado de una alta cordillera. Su último cuento, La memoria de Shakespeare, es una de sus cimas, pero hay otras como El jardín de senderos que se bifurcan, Las ruinas circulares, La Biblioteca de Babel o El libro de arena. Y macizos centrales como El Aleph.
Como Quevedo, como Shakespeare, como Proust, Borges es una literatura dentro de otra literatura, un universo habitado por sombras y presencias decisivas. O, para decirlo con sus propias imágenes, un aleph, un centro en el que confluyen el pasado y el futuro, los vivos y los muertos, la realidad y la ficción, los espejos y el sueño, la vida y la literatura, los laberintos y las bibliotecas, el puñal y la filosofía, el tiempo y la escritura. El mundo, en suma, en una de las representaciones más estilizadas y perennes de la literatura del siglo XX.

Santos Domínguez

08 julio 2011

Unamuno. Cuentos completos


Miguel de Unamuno.
Cuentos completos.
Edición de Óscar Carrascosa Tinoco.
Páginas de Espuma. Madrid, 2011.

En los cuentos de Unamuno está todo Unamuno, toda su heterodoxia, todo su asistematismo y también toda su coherencia de pensamiento, afirma Óscar Carrascosa en el prólogo a la edición de los Cuentos completos de Unamuno que ha preparado para Páginas de Espuma.

Se reúne así en un volumen el corpus de los cuentos del autor de Niebla. Ochenta y siete relatos que Unamuno afrontó como un ejercicio de libertad creadora. Porque para él el cuento es una forma intermedia entre la novela o la nivola y la poesía, una creación que comparte con frecuencia territorio con el ensayo. En estos cuentos, alguno de los cuales aparece por primera vez en un libro, está resumido el núcleo temático del resto de su obra, su universo existencial, sus inquietudes estéticas y filosóficas, su sentimiento trágico de la vida, la raíz de su mundo literario.

Santos Domínguez

07 julio 2011

García Pavón. El hospital de los dormidos


Francisco García Pavón.
El hospital de los dormidos.
Prólogo de David G. Panadero.
Rey Lear. Madrid, 2011.

Treinta años después de su primera edición en Cátedra en 1981, Rey Lear recupera El hospital de los dormidos, la última novela del ciclo de Plinio. Contra el telón de fondo de la Transición en Tomelloso, García Pavón diseña una trama ingeniosa que arranca de una rara epidemia de sueño y deben resolver entre Manuel González, Plinio, jefe de la guardia municipal, y don Lotario, el albéitar, mezcla de Watson y Sancho Panza. La pericia del narrador funde en esta última aventura de Plinio la realidad del paisaje manchego con la fantasía de la peripecia inverosímil, y la ironía con el misterio finalmente resuelto con sentido común y conocimiento de los hombres. Al fondo, como siempre en García Pavón, Cervantes, el humor y la melancolía y el estilo cuidado y ajeno a la afectación. Como en el Quijote de 1615, un Plinio crepuscular, cada vez más taciturno, tiene que ser animado constantemente por don Lotario.


Santos Domínguez

06 julio 2011

Petrushévskaia. Érase una vez una mujer...

Liudmila Petrushévskaia.
Érase una vez una mujer
que quería matar al bebé de su vecina.

Traducción de Fernando Otero.
Prólogo de Jorge F. Hernández.
Atalanta Ars brevis. Gerona, 2011.

Diecinueve cuentos de Liudmila Petrushévskaia (Moscú,1938), que está considerada como la autora más destacada y reconocida de la literatura rusa contemporánea. Herederos de la voz narrativa de Chejov, tan femenina en el fondo, y de la sorpresa del terror de Poe, los relatos que publica Atalanta con traducción de Fernando Otero, proponen diversas “travesías nocturnas: viajes del sueño a territorios donde se confunde lo racional con lo inexplicable”, como escribe Jorge F. Hernández en su prólogo.

Una voz minuciosa e implícita que absorbe al lector y lo hace cómplice de su inquietante mundo narrativo. Diecinueve relatos organizados en cuatro claves temáticas y tonales (Canción de los eslavos orientales, Alegorías, Réquiems y Cuentos de hadas). Cuentos crueles o fantásticos en los que no sobra nada y todo se pone al servicio del giro inesperado de los acontecimientos y de un indeleble efecto único. El mismo que suministran las pesadillas que alimentan estos magníficos textos habitados por raras familias, por hadas extrañas y por muertos que vuelven a hablar con los vivos.

Santos Domínguez

05 julio 2011

William Goyen. La misma sangre


William Goyen.
La misma sangre.
Traducción y posfacio de Esther Cross.
La Compañía / Páginas de Espuma. Madrid, 2011.

-Hay alguien tirado en el campo -vino a decirnos mi hermanito.
Eran las ocho en punto de la mañana y hacía tanto calor que la hierba despedía humo y los saltamontes cantaban. Durante días, había corrido la voz de que llegaba un huracán. Desde ayer sentíamos sus indicios: una quietud en el aire seguida por la abrupta ondulación del viento; el cielo parecía más alto y se veía lavado.


Así comienza Preciada puerta, la primera de las diez narraciones que La Compañía y Páginas de Espuma reúnen en La misma sangre y otros cuentos. Diez espléndidos relatos de William Goyen ambientados en el Sur profundo. Nunca nos recobramos de nuestro lugar de origen, ha explicado Goyen, que propone aquí un regreso al paisaje de su Texas natal mediante la literatura, porque el lugar lo es todo en estos cuentos que guardan siempre un turbador secreto oculto y beben de las fuentes de la memoria.

Santos Domínguez

04 julio 2011

Fumaroli. La diplomacia del ingenio


Marc Fumaroli.
La diplomacia del ingenio.
De Montaigne a La Fontaine.

Traducción de Caridad Martínez.
Acantilado. Barcelona, 2011.

Los dieciséis ensayos que Marc Fumaroli reúne en La diplomacia del ingenio, que publica Acantilado con traducción de Caridad Martínez, se centran en la prosa del clasicismo francés del siglo XVII. De Montaigne a La Fontaine, de los últimos Valois a los primeros Borbones, Fumaroli recorre una episodio crucial en la literatura francesa: la configuración de la prosa literaria.

A través de los géneros modernos (ensayos, memorias, correspondencia) esa prosa fija el canon del buen uso de la lengua literaria francesa. Un canon que perdura en la actualidad y combina la claridad y el refinamiento en una prosa sin afectación que refleja el buen hablar y el sentido común. Frente a la agudeza del barroco español, la claridad del arte de la conversación, frente al ingenio elitista y oscuro, el estilo abierto, transparente y socializador pensado para el intercambio entre personas a través de una prosa que pasó a ser a la vez asunto de estado y vínculo social: el tejido conjuntivo de la nación francesa.

No se trataba, por tanto, solo de una cuestión de estilo, sino de la construcción de un modelo cultural y social que sería durante décadas el más representativo de la modernidad literaria en Europa.

Santos Domínguez

03 julio 2011

Jorge Volpi. Días de ira

Jorge Volpi.
Días de ira.
Páginas de Espuma. Madrid, 2011.

Tres novelas ejemplares y un prólogo, como diría Unamuno. Tres narraciones en tierra de nadie es el subtítulo con el que Jorge Volpi agrupa en Días de ira tres relatos que están en un terreno intermedio entre la novela y el cuento. Tres novelas cortas en las que conviven la resistencia y la velocidad, la paciencia y la agilidad, el chispazo y el aliento largo, la anécdota y la profundidad. Precedidas de un Elogio de la media distancia, una propuesta narrativa equidistante del narrador maratoniano y del velocista explosivo, A pesar del oscuro silencio, Días de ira y El Juego del Apocalipsis son el resultado del virtuosismo técnico de Volpi. Un poeta a punto de ingresar en un manicomio, una diabólica cantante de blues, un extraño viaje para celebrar el milenio en la isla de Patmos donde San Juan escribió el Apocalipsis. Tres parejas entre las que se interpone una obsesión o un tercer personaje, la locura autodestructiva, lo oculto y lo secreto. Es la literatura dentro de la literatura, unos libros dentro de otros en un hábil juego de espejos y perspectivas narrativas que maneja con pericia sorprendente Jorge Volpi.

Santos Domínguez

02 julio 2011

La metáfora y el mito


Ángel Álvarez de Miranda.
La metáfora y el mito.
Edición al cuidado de Pedro Álvarez de Miranda.
Renacimento. Sevilla, 2011.

Intuiciones de la religiosidad primitiva en la obra de Lorca se subtitula esta reedición en Renacimiento de La metáfora y el mito, de Ángel Álvarez de Miranda (1915-1957). Las interferencias entre la poesía y la religión, que surgen de la misma cueva de la intuición primitiva, la expresión de lo numinoso y lo telúrico a través del triple misterio de la sangre, la fecundidad y la muerte en la obra de Federico García Lorca. Y la presencia constante y simbólica de la luna atravesando ese triple misterio, que en Lorca se aborda siempre desde una intuición cifrada en imágenes, desde un sistema metafórico semejante al que explica el mundo desde el mito y la religiosidad arcaica. Porque, como explica el autor de este estudio, el contenido esencial de los poemas de Lorca es una recaída, espontánea e inconsciente, en los mitologemas característicos de la religiosidad naturalística. Pedro Álvarez de Miranda ha cuidado y prologado la edición definitiva de este libro que baja al antro oscuro de la palabra lorquiana e ilumina una parte fundamental de su universo poético.

Santos Domínguez

01 julio 2011

Ignacio Martínez de Pisón. El día de mañana


Ignacio Martínez de Pisón.
El día de mañana.
Seix Barral. Barcelona, 2011.

En El día de mañana, que publica Seix Barral, Ignacio Martínez de Pisón ha escrito una potente novela coral sobre la transición y la miseria moral del tardofranquismo. Una miseria contada desde dentro a través de un emigrante que acaba siendo confidente de la Brigada Social, la policía política del régimen franquista, que convirtió al país en un nido de soplones. No sólo de limpiabotas chivatos como el de la fotografía de portada, también de catedráticos de universidad que podrían haber figurado en una versión española de La vida de los otros.

La historia de la degradación de un hombre que empieza vendiendo máquinas de escribir en Barcelona y acaba vendiendo a sus amigos. Como en el Lazarillo, esa degradación tiene su origen en la salida de su pueblo cuando aún era un niño. A diferencia del Lazarillo, esta no es una justificación vergonzante en primera persona, sino un caleidoscopio cronológico de voces de quienes lo conocieron. La suma de esas voces y su secuencia temporal completan un panorama en el que el personaje es tan significativo como la sociedad que hace de él un indeseable.

Santos Domínguez

30 junio 2011

Equipaje de vacaciones. Narrativa

Pierre Bergounioux.
Una habitación en Holanda.
Traducción de David Stacey.
Minúscula. Barcelona, 2011.

Por una vez, el sueño de la razón no produjo monstruos, sino el Discurso del método, que Descartes soñó en Suabia y escribió en Holanda. En un breve e intenso libro, a medio camino entre el ensayo y la narración, Pierre Bergounioux hace un recorrido por los orígenes de la modernidad y por la aceleración histórica que provocaron las obras de Montaigne, Shakespeare o Cervantes, que modificaron el sentido del mundo.

Pero lo que aborda inolvidablemente Una habitación en Holanda, que publica Minúscula, es la peregrinación geográfica e intelectual de Descartes en busca de un territorio propicio para el pensamiento. Lo encontró finalmente en la libertad, la soledad, el silencio y el clima inhóspito de los Países Bajos. Ese exilio voluntario y distanciado le permitió reflexionar, redactar su obra y redibujar el mundo, lejos de la costumbre, lejos de las certezas de los paisajes conocidos.


Clemens Meyer.
La noche, las luces.
Traducción de Ernesto Calabuig.
Menoscuarto. Palencia, 2011.

Quince relatos que llevan al lector al territorio desolado de la desesperanza, la oscuridad y la carencia. Hay más noche que luces en unos textos que transcurren en ambientes urbanos y en interiores sórdidos en los que sobreviven unos personajes que habitan los márgenes de la sociedad alemana posterior a la caída del muro de Berlín.

Clemens Meyer da cuenta en estos relatos de unas vidas sombrías marcadas por el alcohol, el paro o la delincuencia, por las relaciones conflictivas con el mundo y con los demás.

La noche, las luces, el primer libro que se traduce del alemán Clemens Meyer, lo publica Menoscuarto y contiene quince cuentos unidos por la fuerza expresiva del narrador que habla en primera persona de un presente sin futuro. Hemingway en Leipzig.


Oscar Wilde.
La importancia de ser socialista.
Traducción de Óscar Palmer.
Breviarios de Rey Lear. Madrid, 2011.

El Wilde más provocador, ácido e ingenioso, capaz de extraer matices insospechados a cualquier planteamiento ideológico, a cualquier situación social. El dandismo, la paradoja, el cinismo y la mordacidad recorren La importancia de ser socialista, unos textos en los que Oscar Wilde abordó el socialismo como un proceso que debería dar como su mejor fruto el individualismo. Un nuevo individualismo que debería ser también un nuevo helenismo.

Tras La importancia de no hacer nada y La importancia de discutirlo todo, que Rey Lear publicó en esta misma colección, Oscar Wilde escribió en 1891 el ensayo El alma del hombre bajo el socialismo, que se recupera ahora con una nueva traducción y un título que lo conecta con los dos libros anteriores.

Szilárd Rubin.
Breve historia de un amor eterno.
Traducción de Éva Cserháti
y Antonio Manuel Fuentes Gaviño.
BackList. Barcelona, 2011.

Con un título que, por desorientador, es quizá lo peor del libro, BackList publica Breve historia de un amor eterno, una excelente novela del húngaro Szilárd Rubin (1927-2010). La peripecia problemática de Attila y Orsolya y de sus amores imposibles va mucho más allá de la mera relación amorosa o de la sexualidad desatada que acaban desarrollando. Como en todas las novelas verdaderamente importantes, en ella cabe el mundo: la sociedad húngara de la posguerra, las relaciones personales, la felicidad y la crueldad, la destrucción del tiempo, la realidad y los sueños, la sangre y la belleza, el espíritu y la carne en una violenta espiral de contradicciones que se anuncia ya en la paradoja de la breve eternidad del título.

Ángel Zapata.
Las buenas intenciones y otros cuentos.
Páginas de Espuma. Madrid, 2011.

No es frecuente que un libro de relatos se reedite. Una de las felices excepciones es esta recuperación que hace Páginas de Espuma de una de las mejores colecciones de relatos de los últimos diez años, Las buenas intenciones y otros cuentos, de Ángel Zapata. Catorce relatos que conectan con la mejor tradición de la narrativa breve del medio siglo en España, especialmente con el magisterio de Medardo Fraile. Entre la normalidad y la extrañeza, hay en estos relatos personajes que respiran lo normal y se asombran de vez en cuando, mediadores en peleas de perros y un pirómano misterioso, el más allá de un hombre borroso o un niño que pregunta dónde viven los inicuos, unas mollejas de pollo que están duras y provocan una rebelión a bordo tras cruzar el Cabo de Hornos con viento favorable, dos náufragos que recorren una isla de Oceanía para hacer montoncitos de letras huérfanas. Catorce historias variadas en temas, técnicas y tonos, en los que lo excepcional irrumpe en la realidad cotidiana y el humor convive con la rebeldía en un volumen que se completa con un epílogo -Quince apuntes en torno al cuento- en el que Zapata resume resume su poética del cuento: el realismo desvía al cuento de su vocación, porque lo propio del cuento es que no apunta a la realidad.



Karel Capek.
Hordubal.
Traducción y notas de
Patricia Gonzalo de Jesús.
El olivo azul. Córdoba, 2011.

Con Hordubal (1933), El Olivo Azul empieza a publicar la Trilogía Noética de Karel Capek (1890-1938), uno de los autores en lengua checa más importantes del siglo XX. Capek, uno de los fundadores de la ciencia ficción con obras como La krakatita, que se tradujo en esta misma editorial, escribió en Hordubal una novela psicológica y una trama policial sobre la justicia y la culpa, sobre la opacidad de las conductas, sobre la identidad y las motivaciones secretas del comportamiento. La conciencia, la verdad problemática, el amor y el pecado constituyen el fondo narrativo de esta novela basada en un caso real de asesinato a partir de la peripecia de un personaje que vuelve a su casa tras ocho años como emigrante eslovaco en Estados Unidos.


Marcos Giralt Torrente.
El final del amor.
Páginas de Espuma. Madrid, 2011.

Marcos Giralt Torrente reúne en El final del amor (Páginas de Espuma) cuatro relatos -casi cuatro novelas cortas por su ritmo narrativo y por la profundidad de los personajes- sobre amores desarticulados, con protagonistas que viven entre la desorientación y la apatía. Nos rodean palmeras, Cautivos, Joanna y Última gota fría se titulan las cuatro exploraciones en la relación amorosa desde distintas perspectivas narrativas. Cuatro indagaciones en primera persona sobre el fracaso de las relaciones personales. Este libro, que obtuvo el II Premio internacional de narrativa breve Ribera del Duero, confirma a Giralt Torrente como uno de los autores más sólidos e interesantes de las últimas promociones narrativas.



Norah Lange.
Personas en la sala.
Prólogo de Carola Moreno.
Barataria. Humo hacia el sur. Barcelona, 2011.

Durante mucho tiempo Norah Lange (Buenos Aires, 1905-1972) ha visto limitada su presencia en la historia de la literatura argentina a una triple condición extraliteraria: la de ser amiga de Borges, musa de la vanguardia bonaerense y mujer de Oliverio Girondo. A sacarla de esa tiniebla contribuyó no hace mucho la edición de su obra completa. La publicación ahora de Personas en la sala en la colección Humo hacia el sur de Barataria obedece a ese mismo afán de rescate de una obra injustamente postergada. Empezó su actividad como poeta para acometer después la exigente labor de una prosa narrativa dotada de una ambición innovadora que asume lo mejor de la herencia vanguardista sin renunciar a la comunicabilidad. Esta novela de 1950 es una de sus mejores obras, “un juego de exhibicionismo y voyeurismo a partes iguales”, como señala en su excelente prólogo Carola Moreno.


Camilo José Cela.
La rosa.
Austral. Madrid, 2011.

Entre el recuerdo y la ficción, entre la prosa lírica y la capacidad narrativa, entre la descripción y el diálogo, La rosa es el primer volumen de un proyecto de memorias que Cela concibió bajo el título general de La cucaña. Aparecieron en 1959, cuando su autor ya gozaba de un prestigio que el tiempo ha ido mermando. En todo caso, la evocación de la infancia entre 1916 y 1923 en una Galicia rural, la calidad y la eficacia de su prosa, la suma de humor negro y melancolía hacen de este libro que publica Austral por primera vez en formato de bolsillo y con abundantes ilustraciones una de las obras de Cela que mejor han soportado el paso del tiempo.


Santos Domínguez

29 junio 2011

Equipaje de vacaciones. Poesía


María Victoria Atencia.
El umbral.
Pre-Textos. Valencia, 2011.

El último libro de María Victoria Atencia es un escalón más en el continuo proceso de depuración formal y espiritual de su poesía. Una poesía reflexiva y sensorial que comparte con el pájaro y el árbol su doble vocación de luz y altura, encauza sus imágenes en el ritmo sereno de sus versos y en una honda conciencia de la temporalidad y la belleza del mundo. En El umbral, como en toda su obra, la elegancia, la armonía y la serenidad de su palabra son un ejercicio constante de hondura meditativa, de delicadeza en la contemplación estética y de búsqueda de trascendencia y de fusión con una realidad más alta a través de la mirada sutil a la naturaleza o de la experiencia amorosa: Descansaba yo en paz, alta la tarde, / y estaba el cielo en paz y tú venías.



Javier Reverte.
Poemas africanos.
Versos de Cordelia. Madrid, 2011.

El cielo era un lamento de cuchillos: / así el desierto. Veinte años de poemas se reúnen en estos textos que Javier Reverte escribió en sus viajes por África. Las costas del Sáhara, Zanzíbar, Fez, Tindouff, Ifni, Río Muni o Essauira son los lugares en los que surgieron estos Poemas africanos que completan la imagen del espléndido narrador de viajes que es su autor. Está en ellos el continente del alto Atlas y las interminables costas atlánticas, los desiertos y la vegetación, la cara y la cruz de África: océanos de hambre, / secas tierras sin alma (...) el jugo de la selva empapando la carne / y un canto milenario de tambores /que celebran la vida.


José María Millares Sal.
Krak.
Calambur. Madrid, 2011.

En Las Palmas, en febrero de 2009, fechó José María Millares Sal su último libro, Krak, que dejó preparado unos meses antes de morir. Como Liverpool, como Esa luz que nos quema, como los Cuadernos, este es un libro asombroso, pero aún más radical. Krak es el nombre del intruso que irrumpe como un torbellino en la vida del poeta en 2008 para desordenar el mundo y someterlo a la lógica del caos. Sonriente y diabólico, brutal y corrosivo, Krak -un espíritu sin espíritu- recorre perturbadoramente estos poemas visionarios con una libertad y una potencia que va más aún más allá del resto de los libros de Millares Sal.



Juan Miguel González.
Visión de la piedad.
Prólogo de Ignacio Gómez de Liaño
Libros del Aire. Madrid, 2011.

Libros del Aire publica una nueva entrega de la colección Jardín Cerrado. Visión de la piedad, del malagueño Juan Miguel González, es un libro de fondo dionisiaco que Gómez de Liaño inscribe en su prólogo en una teología poética heredera de Jorge Santayana. Sus tres partes (Visión de la piedad, Espacio de la celebración y En la clara palabra) completan un recorrido existencial y celebratorio en el que conviven los otoños y el mes de marzo, la fugacidad y los paisajes animados, la melancolía y la plenitud, las preguntas en la noche y los jardines, el amor y la muerte, el consuelo de la palabra, la contención del verso, la mirada clara hacia lo oscuro: cuervo del corazón, sangre en la nieve.


Ilse Aichinger.
Consejo gratuito.
Traducción e introducción
de Rosa Marta Gómez Pato.
Linteo. Orense, 2011.

Con un frontispicio de Antonio Gamoneda y edición de Rosa Marta Gómez Pato, Linteo publica Consejo gratuito, de la poeta austríaca Ilse Aichinger (Viena, 1921). Apareció en 1978, cuando su autora tenía 57 años, y es su único libro de poemas. En él proyecta Ilse Aichinger su mirada crítica contra el silencio y la falta de memoria histórica sobre el pasado del nazismo, sobre su secuela de cicatrices y humillaciones. La calidad y la intensidad de sus poemas son una contestación a los automatismos del lenguaje convencional, presentan la realidad conocida desde la perspectiva inédita de la extrañeza. Esa exploración nueva de la realidad que plantean sus textos tiene como base otra exploración de carácter estilístico que da lugar a la subversión verbal de los poemas. De la suma de esa heterodoxia en la reflexión poética y del radical inconformismo de sus enfoques estilísticos, surge este Consejo gratuito, que está considerado como uno de los libros fundamentales de la poesía en alemán de los últimos cincuenta años.


Robert Browning.
La apología del obispo Blougram.
Introducción y traducción de Carlos Pujol.
Pre-Textos. Valencia, 2011

Nos interesa el límite peligroso de las cosas./ El ladrón honesto, el asesino sensible,/ el ateo supersticioso. Con esos versos de la Apología del obispo Blougram, de Robert Browning, abría Orhan Pamuk su novela Nieve. Son tres de los mil versos del soliloquio del obispo católico, que constituyen “uno de los poemas más asombrosos de toda la literatura universal”, como señala Carlos Pujol en el prólogo que ha preparado para su traducción de esta edición bilingüe que publica Pre-Textos. Un texto en el que se concentran monólogo y debate, ironía y controversia a lo largo de un soliloquio ambiguo y desconcertante que sigue planteando preguntas y desconcertando al lector con incertidumbres y paradojas como las de los versos que evocaba Pamuk. Esa ha sido en el fondo una de las misiones de la literatura.



Luis García Montero.
Ropa de calle.
Antología poética (1980-2008).
Edición de José Luis Morante.
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2011.

Entre lo íntimo y lo público, entre la poesía urbana y la poesía como conocimiento, rascacielos y aviones, aeropuertos y playas, teléfonos y taxis, cervezas y divorcios son algunos de los escenarios y los decorados materiales y sentimentales en los que transcurre la obra poética de García Montero. Desde los libros de los años ochenta hasta Vista cansada, que coincidía en su publicación con los cincuenta años del poeta, Ropa de calle recoge tres décadas de poesía de Luis García Montero. El volumen, que acaba de aparecer en Cátedra Letras Hispánicas, va presentado por una introducción de José Luis Morante, que se ha ocupado también de la amplia selección de textos. La poesía como necesidad de estarle hablando / a una silla vacía.



Carlos Edmundo de Ory.
Los aerolitos.
Prólogo de Félix Grande.
Calambur 20 años. Madrid, 2011.

En la espléndida colección conmemorativa de sus veinte años, Calambur publica Los aerolitos, de Carlos Edmundo de Ory, una amplia antología de sus textos más característicos. Seleccionados por su autor y prologados por Félix Grande, son chispazos verbales, relámpagos escritos desde el asombro y la inocencia de una mirada inaugural (soy un sabelonada) o desde el desengaño que no se permite el patetismo. Beligerantes o celebratorios, en los aerolitos conviven la risa y el llanto (Mis muletas: el espanto y el humor), el fulgor y la noche, el juego y el fuego, lo admirable y lo preocupante, como señala Félix Grande en su prólogo Aerolitos delfines.

Mi oficio es encender llamas, escribe en uno de ellos Ory. Entre la revelación verbal y el aullido del lobo en la noche, entre el calambur y la metáfora, los aerolitos son fuegos de palabras de quien, mano a mano con la nada, es testigo de la dolorosa felicidad del hombre, de quien hizo del desierto su patria, hablaba de usted a los árboles y pobló con la duda su única certeza.

Porque Ory se veía a sí mismo como un limpiabotas del verbo y veía el mundo como una fábrica de lágrimas, pero sabía también que un poema es la autobiografía del sueño y que la poesía es un vómito de piedras preciosas.


Santos Domínguez

27 junio 2011

Colette. El fanal azul


Colette.
El fanal azul.
Traducción de Adolfo García Ortega.
BackList. Barcelona, 2011.

Pese a que me había prometido no escribir nada más después de La estrella vespertina, ahora voy y lleno doscientas páginas con algo que no son ni unas memorias ni un diario. Que mi lector se aguante: como un fanal de día y de noche, azul entre dos cortinas rojas, muy pegada a la ventana como una de esas mariposas que se duermen en su interior por la mañana en verano, mi lámpara azul no alumbra acontecimientos del rango de esos que dejan atónitos.

Así justificaba Colette la escritura de El fanal azul, que publica BackList con traducción de Adolfo García Ortega.

La novelista escribió estos textos entre 1946 y 1948, poco antes de su muerte. Para entonces tenía unos setenta y cinco años y era una mujer marcada por el dolor y por la limitación física de una artritis que había hecho de ella una inválida lúcida que no se resigna a renunciar a la vida ni a la escritura y que ilumina sus días y sus noches con una lámpara cuya luz azul ilumina los folios azulados en que escribe. Es el fanal azul al que alude el título, pero es también una metáfora de la memoria y de la mirada de la escritora sobre su mundo:

Quería que este libro fuese un diario. Pero no sé escribir un verdadero diario, es decir, conformar cuenta tras cuenta, día tras día, uno de esos rosarios a los que la precisión del escritor, la consideración que tiene de sí mismo y de su época, bastan para dar valor, como el color de una joya. Escoger, anotar lo que fue notable, quedarse con lo insólito, eliminar lo banal, etcétera, no es lo mío, porque la mayor parte del tiempo suele ser lo cotidiano lo que me llama la atención y me vivifica.

Es un mundo marcado por el paso del tiempo, por la pérdida de los amigos muertos, por lugares como Ginebra, París, Beaujolais o Grasse. Y por un presente doloroso y limitador que se asume como una expresión de la vida, igual que la fugacidad de los días:

Los días pasan idénticos, acuciados por desaparecer, llevando cada uno clavado en su centro, en su ascenso, en su descenso, la punzante petición de vida que es el dolor físico.

Porque estos textos de Colette están atravesados por los pájaros y las flores, por las huertas y los jardines, el cine y la música, por amigos como Jean Marais y Cocteau, por los perros y los niños molestos, por las cartas que recibe, por una emocionada evocación de su amiga, la actriz Marguerite Moreno, por las reuniones que presidía en la Academia Goncourt, por una ilimitada capacidad de asombro y por unos recuerdos que nunca dejan paso al patetismo ni a la autocompasión: Nada va a peor, la que se aleja soy yo, tengamos calma.

Se alejó definitivamente en 1954, cinco años después de la publicación de El fanal azul. Fue lo último que escribió, pero no descartaba seguir escribiendo. Lo anunciaba así al final del libro:

Con humildad, voy a seguir escribiendo. No hay otra elección para mí. Pero ¿cuándo se deja de escribir? ¿Qué avisa de su final? ¿Alguna torpeza de la mano? Antes creía que en la tarea de escribir sucedía como en los demás trabajos; soltada la herramienta, se exclama de alegría: "¡Acabado!", y se sacude uno las manos, de las que llueve el polvillo de una arena que se ha tenido por preciosa... Pero en la figura que describe ese polvillo de arena sólo se lee esta palabra: "Continuará..."

Santos Domínguez

24 junio 2011

Milosz. Antología poética


Czesław Miłosz.
Tierra inalcanzable.
Antología poética.

Traducción de Xavier Farré Vidal.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2011.

En la esencia de la poesía hay algo indecente:
brotan de nosotros cosas que no intuíamos tener,
así que pestañeamos como si de nosotros saltara un tigre
y estuviera iluminado golpeándose los flancos con la cola.


Es una de las estrofas de ¿Ars poetica?, un poema que Czesław Miłosz escribió en Berkeley en 1968. En aquella universidad fue profesor durante décadas uno de los mejores poetas que dio el siglo XX.

Y ese texto, que es uno de sus poemas centrales, forma parte de Ciudad sin nombre, uno de los quince libros que se recogen en Tierra inalcanzable, la amplia antología poética de Czesław Miłosz que acaba de publicar Galaxia Gutenberg /Círculo de Lectores con traducción, selección y prólogo de Xavier Farré Vidal.

Este libro será uno de los referentes de la celebración del año Milosz con motivo del centenario de su nacimiento en Lituania en 1911. Milosz evocaría aquel país como un territorio de leyendas mitológicas y de poesía, con una naturaleza a la medida del hombre. Y aunque siempre se consideró un poeta polaco -pues esa era la lengua que hablaba y en la que escribía- y no lituano, los paisajes y el espíritu de Lituania nunca lo abandonaron, como recordaba el poeta en su discurso de recepción del Nobel en diciembre de 1980.

Había nacido en Vilna, la ciudad que fue cambiando de nombre con las vicisitudes históricas que hicieron de Lituania una parte del Imperio ruso, una región polaca, una república de la URSS y por fin un país independiente. Es la ciudad sin nombre que da título a uno de los libros más importantes de Milosz, una metáfora del poeta, de su identidad personal, de sus cambios de lugar. Por eso en la memoria arcádica de la infancia y los bosques lituanos buscará Milosz su verdadera patria y algunos de los referentes de su mundo.

También su poesía, unitaria si se la ve como un proceso coherente, muestra una constante evolución. En la obra de Milosz, que para poetas como Joseph Brodsky o Seamus Heaney es una de las cimas de la literatura del siglo XX, conviven la mirada reflexiva sobre la naturaleza con la ambición visionaria y la memoria personal con la convulsa historia política de la Europa contemporánea.

Se recogen en esta antología abundantes muestras de dieciocho libros: desde el irracionalismo de los primeros -Poema sobre el tiempo congelado y Tres inviernos- hasta los póstumos Últimos poemas, pasando por libros cruciales como Salvación o Tierra inalcanzable, del que toma título esta selección que recorre muchos de los poemas memorables de Milosz:

Convertido tan sólo en una mirada, seguiré absorbiendo las proporciones del cuerpo humano, el color de los lirios, una calle parisina en junio, al alba, toda esta incomprensible abundancia, la incomprensible abundancia de las cosas visibles.

Entre dos formas extremas de concebir la poesía –las que representan Orfeo y Tiresias- sitúa Seamus Heaney una parte fundamental de la obra de Milosz:

Miłosz –escribía Heaney- reconstruye el mundo eterno de un niño a la orilla de un río y, al mismo tiempo, expresa la desesperación de un adulto cuyo nombre “está escrito en el agua”.

En esa mezcla de meditación y revelación, en la integración de la herencia de T. S. Eliot y el salmista, de Virgilio y Cavafis, residen muchas de las claves del mundo poético de un poeta elegiaco y epifánico a un tiempo, como subraya Xavier Farré en el prólogo de esta edición, la más completa en español de un poeta fundamental en la literatura del siglo XX, que cerraba así su ¿Ars poetica?:

Porque un poema se escribe raras veces y con desgana,
bajo una presión inaguantable y sólo con la esperanza
de que buenos y no malos espíritus nos tengan como instrumento.

Santos Domínguez