23 mayo 2017

Feria del Libro. Ensayo




Alessandro Marzo Magno.
Los primeros editores.
Traducción de Marilena de Chiara.
Malpaso. Barcelona, 2017.

El amanecer de los libros era el título original de Los primeros editores, un espléndido ensayo de Alessandro Marzo Magno que publica Malpaso con traducción de Marilena de Chiara.

Rigurosamente documentada, es una estupenda evocación intrahistórica de aquella ciudad convertida en capital editorial del mundo en pleno Renacimiento, en la primera mitad del Cinquecento, porque “en la primera mitad del siglo XVI era en Venecia donde se imprimía la mitad de los libros que se publicaban en Europa. Y esta primacía no era solo cuantitativa, sino también cualitativa (...) Sin la industria editorial veneciana de aquel siglo no existiría el libro tal y como lo conocemos hoy, y tampoco la lengua italiana tal como la hablamos hoy. El italiano se basa en la obra de los toscanos Dante y Petrarca, pero son las ediciones venecianas a cargo del humanista Pietro Bembo e impresas por el rey de los editores, Aldo Manucio, las que decidieron la influencia que aún perdura.”

La Serenísima República de Venecia era entonces una potencia marítima de peso internacional y su posición dominante permitió intercambios culturales no sólo con el mundo occidental, sino con el islámico y el hebreo. Y eso permitió la multiculturalidad y el eclecticismo: allí se publicó la primera edición del Talmud en libro y allí se compuso el primer Corán impreso en árabe, rodeado de misterio y perdido durante medio milenio. Y allí destacó sobre todas la figura genial de Aldo Manuzo, "el Miguel Ángel de los libros", el editor más importante del siglo, que publicó en 1499 el Sueño de Polifilo, de Francesco Colonna, la obra maestra de la impresión, el Cancionero de Petrarca y la Divina Comedia y fue el creador del libro de bolsillo, del “libro portatile”.

Aunque era una ciudad sin universidad –estaba cerca la de Padua-, Venecia era entonces una multinacional del libro, la capital internacional de la edición. La mitad de la producción editorial europea entre 1526 y 1550 salió de las prensas venecianas, que llegaron a producir 35 millones de ejemplares a lo largo del siglo.

“El mercado editorial en Venecia –escribe Alessandro Marzo- es tan importante que convierte a la ciudad en una suerte de feria permanente durante todo el año.”

Con 150.000 habitantes, Venecia tenía en 1500 690 imprentas de las que salieron todo tipo de libros. Además de Biblias, textos religiosos y clásicos grecolatinos, allí se editaron los primeros libros en armenio y en griego; el primer libro de música impreso con tipos móviles; el primer tratado ilustrado de arquitectura; el primer libro pornográfico y abundantes tratados de medicina, gastronomía y contabilidad.

Fue allí donde el Orlando furioso se convirtió en el primer best-seller con 28 ediciones en menos de veinte años, donde Pietro Aretino -"Un genio. Un pornógrafo. Un pervertido. Un intelectual refinado"- se hizo famoso con sus sonetos lujuriosos, donde los grandes descubrimientos geográficos impulsaron la edición de cartas de navegación, mapas de las nuevas tierras americanas y abundantes textos geográficos, útiles para conocer la Tierra y para hacer la guerra.

En esta recreación de la época en la que Venecia hizo leer al mundo, el lector  recorre de la mano del autor las calles y las librerías, las imprentas de aquella ciudad comercial que fue la capital editorial de Europa hasta que la Inquisición y el Concilio de Trento arruinaron aquella aventura cultural y económica sin la que el Renacimiento no hubiera sido posible:

“Industrialización, globalización, marketing: todo está presente en la Venecia renacentista. Se trata de sucesos de hace medio milenio, pero las capacidades productivas y comerciales manifestadas en la capital mundial del libro de la primera mitad del siglo XVI encajarían perfectamente entre las historias de éxito de las empresas contemporáneas.”



Jorge Edwards.
Prosas infiltradas.
Reino de Cordelia. Madrid, 2017.


“Lo esencial del ensayo, para mí, consiste en proponer preguntas y en admitir respuestas diversas, coyunturales, conjeturales y hasta contradictorias”, escribe Jorge Edwards en el Breve ensayo sobre el ensayo que hace la función de prefacio de sus Prosas infiltradas, una espléndida colección de ensayos breves que publica Reino de Cordelia.

Borges, Cortázar, Octavio Paz, Machado de Assis, Voltaire, Proust, Svevo, Cervantes o Montaigne son algunos de los referentes intelectuales y literarios a los que interrogan estas páginas conlas que Jorge Edwards se adentra en el territorio más fecundo de la modernidad.

Porque estos ensayos son prosas infiltradas entre los diferentes géneros, puertas giratorias que abren de un lado el componente narrativo del ensayo clásico y de otro el factor reflexivo de las grandes novelas de Proust, Stendhal o Thomas Mann.

Desde ese territorio ensayístico propicio a la libertad y al tanteo, a la exploración y a la incertidumbre, Edwards explora la difícil relación de la cultura con el poder, traza la semblanza de Fidel Castro y de Neruda o aborda la literatura francesa como una referencia constante, además de la literatura en español, de estos ensayos que son también un homenaje a sus lecturas desde la memoria de un lector agudo que busca espacios de encuentro de la lectura y la escritura.

La narrativa de Cortázar en sus prosas sueltas y libres, con un fondo frecuente de elementos ensayísticos que revela Edwards en un ensayo luminoso, una aproximación a la obra de Cortázar desde “la libertad de escritura y la libertad de lectura”; Octavio Paz como ejemplo de confluencia de poesía y ensayo o la invención de una voz narrativa en Machado de Assis son el de objeto algunos de estos textos en los que siempre está presente la conexión de vida y literatura, de lectores leídos y escritores contados, como titula uno de los mejores capítulos del libro: un estupendo ensayo sobre Cervantes y el Quijote.





José Manuel Caballero Bonald.
Examen de ingenios.
Seix Barral. Barcelona, 2017.

Con un título que homenajea a Huarte de San Juan, que publicó en Baeza en 1575 su Examen de ingenios que le convertiría en patrón de la psicología, José Manuel Caballero Bonald reúne un centenar largo de semblanzas de escritores, artistas plásticos o músicos del ámbito hispánico “que me han atraído por alguna razón y a los que he tratado de manera asidua o eventual.”

Entre la anécdota y la reflexión crítica, estos retratos literarios, dictados por la proximidad o por el desafecto, se acercan a novelistas, poetas, cantaores, pintores o actores desde la admiración o el encono indisimulado.

Ordenadas de manera aproximadamente cronológica, no por su fecha de nacimiento sino por la fecha en que los conoció, estas semblanzas son una forma indirecta de autobiografía porque con todos ellos ha tenido una vinculación personal más o menos intensa.

Algunos de estos retratos estaban esbozados en La novela de la memoria o en Oficio de lector, pero toman aquí su perfil definitivo, pasado por el filtro del tiempo y por la evolución del propio Caballero Bonald, que coteja así “lo que pensaba con lo que pienso”por ejemplo en relación con Tiempo de silencio.

Alejados por igual de la adulación y la mordacidad, son dibujos rápidos, hechos con  pinceladas precisas, “bosquejos casuales y probablemente temerarios” que en lo que se refiere a la literatura española evoca a escritores de cinco grupos generacionales: el 98 de Azorín o Baroja, el Novecentismo de Américo Castro o D’Ors, el 27 de Alberti o Aleixandre, el 36 de Rosales, Panero o Ridruejo y la promoción del 50, con Valente o José Agustín Goytisolo, con lo que Caballero Bonald prescinde de promociones posteriores a la suya.

El retrato cáustico de un Azorín más estático que el del retrato de Zuloaga; la mirada entre admirativa y maliciosa a Dámaso Alonso –“no es disparatado suponer que había nacido calvo y que se valió de las gafas al mismo tiempo que del sonajero”-; la admiración por la escritura de Alejo Carpentier; la mala experiencia de conocer a Borges en persona; el encuentro silencioso de dos retraídos -Onetti y Rulfo-, autores de una obra admirable; el elogio de La casa encendida de Luis Rosales; la celebración de la narrativa de Cunqueiro; sus conflictivas relaciones con Cela, “especialista en la obra de Cela; el recuerdo de Lezama Lima en su salón habanero, “mitad leonera mitad scriptorium”; un retrato demoledor de José Hierro o “la claridad jubilosa” de la poesía de Claudio Rodríguez son algunos de los ejemplos de este Examen de ingenios.

Un libro en el que coexisten las luces y las sombras, la evocación de la persona o el personaje y el análisis de su obra, la subjetividad de la memoria y la objetividad crítica o una mirada irónica sobre nombres como Antonio Gala, Vargas Llosa, Gil de Biedma o Carlos Barral.

Completan el panorama, mayoritariamente literario, pintores como Viola, Millares, Antonio López o Tapies; actores como Marsillach o Paco Rabal y cantaores como Agujetas, Mairena o La Niña de los Peines.


Elias Canetti.
El libro contra la muerte.
Con un postfacio de Peter von Matt
Texto establecido por Sven Hanuschek,
Peter von Matt y Kristian Wachinger,
con la colaboración de Laura Schütz
Edición en español adaptada y anotada
por Ignacio Echevarría
Traducción de Juan José del Solar
y Adan Kovacsics.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2017.

“Haber presenciado a los siete años de edad cómo su padre se desplomaba repentinamente, víctima de un ataque al corazón, marcó a Elias Canetti de manera decisiva, y sembró en él la semilla de su visceral rechazo a la muerte, a cuyo imperio se opuso siempre, de manera a menudo estentórea. Desde muy temprano, Canetti acarició la idea de escribir un libro contra la muerte (...), cuyo proyecto lo acompañó el resto de su vida”, se indica en la nota que abre el volumen El libro contra la muerte, de Elias Canetti, que publica Galaxia Gutenberg en español en una edición adaptada y anotada por Ignacio Echevarría.

Sin embargo, nunca escribió ese libro, ni siquiera llegó a esbozarlo ni a escribir la primera frase de su libro, como señala en el postfacio Peter von Matt, aunque dejó abundantes anotaciones inéditas en su legado póstumo.

Junto con ese material inédito que han rescatado en un arduo trabajo un grupo de editores -Sven Hanuschek, Peter von Matt y Kristian Wachinger, con la colaboración de Laura Schütz— El libro contra la muerte reúne los apuntes sobre el tema que Canetti publicó a lo largo de su vida.

Fechados entre 1942 y 1994, integrados y desperdigados en sus libros o rigurosamente inéditos, estos apuntes reflejan el tema vertebral de la obra de Canetti: un combate contra la muerte que recorre toda su escritura durante más de medio siglo como un ejercicio de resistencia, como una forma de evitar la muerte, de protegerse de ella como Sherezade en cada una de las noches que entretuvo narrativamente al sultán.

En 2010 en esta misma editorial se publicó el Libro de los muertos, por lo que es necesario advertir, como hace el editor, que no se trata del  mismo libro “para que quienes leyeron en su día el Libro de los muertos no se disuadan de leer ahora el libro contra la muerte. Este último no constituye una refactura el primero sino, más propiamente, otro libro sobre la muerte de quien, a lo largo de medio siglo, no dejó un solo día de pensar en cómo resistirse a ella.”



 Rafael Sánchez Ferlosio.
QWERTYUIOP.
Ensayos 4.
Edición de Ignacio Echevarría.
Debate. Madrid, 2017.

“Las cuestiones por las que me intereso apenas pasarán de seis o siete, y como, con el paso de los años y de las recurrencias, algunas acaban abriendo tuberías de comunicación, no es raro que se vayan fundiendo y reduciendo. Entre las más antiguas -dejando a un lado las abandonadas- se cuenta la que ahora se designa como “Carácter y destino”, escribía Rafael Sánchez Ferlosio en “La forja de un plumífero”, un texto autobiográfico que resume su trayectoria literaria y  sus intereses intelectuales. Apareció en 1998 en la revista Archipiélago y ahora cierra como anexo el cuarto y último volumen de sus ensayos que publica Debate con edición de Ignacio Echevarría.

Junto con ese artículo iluminador, un imprescindible índice cronológico de los textos reunidos en los cuatro volúmenes que recopilan los artículos y ensayos de Rafael Sánchez Ferlosio remata este cuarto tomo de los ensayos ferlosianos.

Sobre enseñanza, deportes, televisión, publicidad, trabajo y ocio es el subtítulo de este volumen que lleva como título significativo QWERTYUIOP, las letras superiores del teclado de la máquina de escribir o del ordenador, una secuencia aparentemente arbitraria pero que responde a una lógica racional que combina varios criterios de la misma manera que hay también una red de sentidos que articula los distintos contenidos de este volumen misceláneo.

“La idea de titular «QWERTYUIOP» este volumen –explica Ignacio Echevarría en su Presentación- le sobrevino al autor al percatarse, una vez diseñado el plan de esta edición de sus ensayos, de que el cuarto y último de los volúmenes que iban a integrarlo constituía, al menos en apariencia, lo que se entiende por un «cajón de sastre».”

Tras un artículo de 1974 sobre la encerrona del desarrollo -'A propósito del gran regalo, tan involuntario por su parte como no deseado por la otra, que los altivos jeques del desierto estuvieron a punto de hacerles a los rumís amigos de sus enemigos'- que se recupera como Prefacio, se recogen en este volumen ensayos fundamentales de Ferlosio como Mientras no cambien los dioses nada habrá cambiado o el más reciente Non olet, junto con una serie de artículos que son la parte menos abstracta y más ligada a la experiencia inmediata de lo cotidiano de su producción ensayística, siempre entre la lucidez y el desengaño en la indagación de la realidad a partir de las tensiones de conceptos contrarios.

Mientras no cambien los dioses nada habrá cambiado es, lo dice él mismo, su “sermón más extenso y enconado”, tiene como centro el mito del progreso. La enseñanza y el debate entre educación e instrucción es el tema común a los artículos de “Entre Escila y Caribdis”. La publicidad y la televisión son el eje de la sección “Hacia una nueva estética”. Los  juegos y deportes son el objeto de atención de varios artículos, así como la  crítica del pensamiento liberal y de la ética del trabajo centran los textos de Non olet.

Cierran el conjunto dos secciones: una de textos misceláneos –QWERTYUIOP- y La señal de Caín, un ensayo de 1996 que –señala Echevarría-“se cuenta entre los más bellos, profundos y concluyentes de Ferlosio.”



Alberto Vital.
Noticias sobre Juan Rulfo.
La biografía.
Fundación Juan Rulfo. Editorial RM.
Barcelona, 2017.

Agotada hace tiempo la primera edición de 2004 de la que sin duda es la mejor biografía sobre Juan Rulfo y coincidiendo con el centenario del autor mexicano del nacimiento del autor mexicano la Fundación Juan Rulfo y la Editorial RM publican la segunda edición de Noticias sobre Juan Rulfo, de Alberto Vital.

Puesta al día y enriquecida con las aportaciones de nuevos estudios y precisiones sobre la vida y la obra de Juan Rulfo, con abundantes ilustraciones y cuatro anexos en los que Rulfo habla de su obra, Noticias sobre Juan Rulfo es un libro de referencia ineludible en la bibliografía rulfiana, en la que ocupa un lugar central, porque traza una imagen total de Rulfo y su obra, de su actitud ante el mundo en un acercamiento a la vida interior de la que se nutre su creación artística, siempre a caballo entre la ficción y la historia.

Es una incursión en la vida silenciosa de un tímido en cuya literatura hay, una considerable dosis de silencio, como en sus fotografías, a las que se dedica también mucha atención en esta biografía, que, como explica Alberto Vital en el prefacio para esta nueva edición, “quiere refrescar y reflejar nuevos haces de luz desde y hacia una obra sin medida.”

Elaborada con rigor documental y con un profundo conocimiento de la narrativa de Juan Rulfo, sus páginas viajan de la vida a la obra de la mano de un especialista en su obra que abre así nuevas vías de acceso a la lectura de su narrativa, sobre la que está biografía ofrece también una completa perspectiva crítica.

Los antecedentes familiares, la guerra cristera, la biblioteca que Ireneo Monroy depositó en la casa de su familia, el orfanato, su difícil juventud, la universidad, su actividad como fotógrafo, los cuentos de El llano en llamas, las primeras trazas de Pedro Páramo, el método de escritura de Rulfo y el proceso de redacción de la novela y su consagración literaria con el Premio Nacional de Literatura en 1970 son algunos de los episodios que rastrea esta magnífica biografía de Rulfo hasta el día de su muerte, el 7 de enero de 1986.



 María Zambrano.
Filosofía y poesía.
Fondo de Cultura Económica. Madrid, 2017.

“Hoy poesía y pensamiento se nos aparecen como dos formas insuficientes; y se nos antojan dos mitades del hombre: el filósofo y el poeta. No se encuentra el hombre entero en la filosofía; no se encuentra la totalidad de lo humano en la poesía. En la poesía encontramos directamente al hombre concreto, individual. En la filosofía al hombre en su historia universal, en su querer ser. La poesía es encuentro, don, hallazgo por gracia. La filosofía busca, requerimiento guiado por un método.”

En ese párrafo se resume  el punto de partida de Filosofía y poesía, uno de los libros fundamentales de María Zambrano que reedita el Fondo de Cultura Económica.

Publicada en 1939, revisada por la autora en 1987 y articulada en cinco secciones -Pensamiento y poesía; Poesía y ética; Mística y poesía;  Poesía y metafísica; Poesía-, es una luminosa indagación en las conexiones entre filosofía y lenguaje, entre razón y revelación que constituye el eje programático de la razón poética que constituye el centro del pensamiento de María Zambrano, discípula de Ortega y Gasset, que transformó la razón vital de su maestro en razón poética.

Nadie ha reflexionado más lúcidamente ni con más sutileza en nuestra cultura sobre las relaciones entre pensamiento y poesía, entre filosofía y creación, sobre la necesaria vinculación entre la razón filosófica y el conocimiento poético, en busca de un punto de encuentro en el que coincidan pensamiento y palabra poética, “ese temblor que queda tras de todo buen poema y esa perspectiva ilimitada, estela que deja toda poesía tras de sí y que nos lleva tras ella; ese espacio abierto que rodea toda poesía”.

Se trata de unir las actitudes del poeta y el filósofo en la propuesta de un logos mediador en su común aproximación a la realidad. Conocimiento y revelación reconciliados en la integración de razón e intuición que está en la base de la razón poética zambraniana y en su defensa de la poesía como forma de conocimiento:

“Pero, ¿no tendrán —poesía y poeta— su justificación, su propio reino? No habrá en todo el universo, en ese universo que el poeta ama tanto y con tanto fuego, ningún sitio para él? ¿Más allá de la justicia, no habrá nada para el poeta? El poeta no pide, sino que entrega; el poeta es todo concesión. ¿No le será concedido nada? Se puede pedir en nombre de la justicia. Pero quien de verdad da algo, no lo hace en nombre de ella. Quien da y quien da más de lo que se le pide, y casi tanto como se espera, lo hace porque le viene su don de más allá de la justicia; de más allá de lo que remunera a cada uno, con lo que le pertenece. Porque este don de la poesía no es de nadie y es de todos. Nadie le ha merecido y todos, alguna vez, lo encuentran.”



 Joseph Campbell.
Las máscaras de Dios.
Mitología primitiva.
Volumen I.
Traducción de Isabel Cardona.
Edición revisada por
Sydney Yeager, Andrew Gurevich  y Santiago Celaya
Atalanta. Gerona, 2017.

Una obra central en la producción de Joseph Campbell que ha empezado a publicar Atalanta con traducción de Isabel Cardona. Las máscaras de Dios es un monumental estudio de mitología comparada que Campbell publicó entre 1959 y 1968 en cuatro tomos centrados en los mitos primitivos, orientales y occidentales y en la mitología creativa.

Tras abordar las máscaras del héroe, trabajó durante doce años en Las máscaras de Dios, que planteó como una monumental “historia natural de los dioses y los hombres”, como un rastreo de patrones arquetípicos comunes a todas las mitologías que las distintas culturas han elaborado, desde Mesopotamia a los mayas o los etruscos, desde la India a Oceanía, desde la cultura egipcia a la olmeca, desde China a Europa.

Revisado y puesto al día en 2016 por Sydney Yeager, Andrew Gurevich y Santiago Celaya con la supervisión de la Joseph Campbell Foundation, este primer volumen, centrado en la mitología primitiva, convoca lo narrativo y lo antropológico, lo mitológico y lo poético para acercarse a los relatos mitológicos sobre héroes y dioses. Relatos que proponen una explicación del mundo y de la relación del hombre con la realidad en ritos de amor y de muerte que están en el fondo de la mitología de los cazadores del Paleolítico, en las simbólicas germinaciones de semillas del agricultor neolítico, en la función mágica del chamán o en las persistentes imágenes narrativas de los reyes inmolados. Un conjunto que representa la arqueología del mito en la construcción de esta “Historia natural de los dioses y los héroes.”


Jacques Derrida.
La oreja del otro.
Traducción y autobiografía.
Prólogo de Andrés Claro.
Traducción de Pilar Cáceres.
Carpe Noctem. Madrid, 2017.

“La traducción es una escritura, no es simplemente una traducción en el sentido de transcripción, sino una escritura productiva solicitada por el texto original”, afirmaba Jacques Derrida en una de las conversaciones que siguieron a su conferencia Otobiografías de Nietzsche en la Universidad de Montreal del 22 al 24 de octubre de 1979.

Los debates posteriores, en los que participó Derrida de una manera tan viva que complementaba sus conferencias y resumía su pensamiento deconstructivista, tienen suficiente entidad como para ser objeto de esta edición en Carpe Noctem.

La autobiografía y la traducción fueron los ejes sobre los que se articularon esas conversaciones. Son “dos formas de saber y experiencia sobre la relación entre lo extranjero y lo propio”, escribe en su prólogo Andrés Claro.

En esos debates Derrida matizó y aclaró los contenidos de su conferencia sobre Nieztsche e insistió en las claves de su filosofía: la imposibilidad de posesión del sentido propio y en la imposible traducibilidad del sentido del otro y de lo otro.

A esas alturas, en 1979, Derrida ya había hablado de la falsedad de la escritura, porque tiene como instrumento el lenguaje, que es una forma de distorsión del pensamiento. Y  unos años antes había dejado en De la Gramatología algunas claves fundamentales del deconstructivismo. Había escrito sobre la indecibilidad, sobre la ambigüedad y la imprecisión como bases del lenguaje poético y había abierto todo un campo de posibilidades en la crítica literaria con su mirada al texto como una realidad abierta a las interpretaciones.

Dos citas extraídas de los dos debates pueden resumir las posturas de Derrida en aquellas conversaciones. Esta, sobre la traducción: “Cada vez que alguien dice su nombre propio o bien crea una obra literaria, o consigna su firma, ya sea traducible o intraducible, produce algo sagrado, no como en la prosa, no como lo que hace Jourdain en la prosa, sino al contrario: hacer poesía, es hacer algo sagrado, y en ese sentido es hacer algo intraducible.”

Y esta sobre la autobiografía: “Es la oreja del otro la que firma, por resumir de forma muy lapidaria mi planteamiento. Es la oreja del otro la que me relata, a mi, la que constituye el autos de mi autobiografía. Cuando mucho más tarde, el otro perciba con una oreja muy fina aquello que le esta dirigido, mi firma se habrá realizado.”

La traducción de Pilar Cáceres de las intervenciones de esos encuentros es la primera que se produce al castellano de “un texto cuya ausencia hasta la fecha -señala la traductora- resulta tan extraña como inexplicable.”


Paco Ignacio Taibo I.
Para parar las aguas del olvido.
Prólogo de Luis García Montero.
Drácena. Madrid, 2017.

Con un prólogo de Luis García Montero y con edición de Gastón Segura, Drácena recupera Para parar las aguas del olvido, de Paco Ignacio Taibo I (Gijón 1924-México 2008), un título que arranca de una cita de Cervantes para reconstruir la memoria de un niño de la guerra en el Oviedo de la posguerra.

La primera edición, que se publicó en Júcar en 1982 con un prólogo de Ángel González, uno de los personajes fundamentales del libro, llevaba años descatalogada.

De estas memorias de infancia y adolescencia dice en el prólogo Luis García Montero que constituyen “uno de los acercamientos más personales que conozco a lo que significó la vida de guerra y la inmediata posguerra en la educación sentimental de un tiempo histórico difícil: la infancia y la adolescencia de los derrotados.”

Escritas en capítulos breves, con distancia espacial y temporal, en México entre septiembre y octubre de 1978, resumen el aprendizaje de la rebeldía, el ejercicio de la resistencia, la defensa pese a todo de la esperanza en un futuro mejor, el descubrimiento de la vida o el tacto del primer pelo de pubis, de los libros y la calle, del amor y la imaginación, por parte del autor y de los cuatro amigos a los que dedicó estas memorias: Ángel González, Manuel Lombardero, Benigno Canal y Amaro Taibo.

Sobre el telón de fondo del miedo y la pobreza de la posguerra, la literatura aparece en estas páginas como una defensa de aquellos hijos de los vencidos ante el mundo: Cervantes, que “es una librería”, el asesinato de García Lorca, los novelistas rusos, Juan Ramón Jiménez o un decepcionante Gerardo Diego.

Formaron parte, como las calles o el cine, de la difícil educación sentimental de unos adolescentes en años más difíciles aún, que resumen una frase tan llamativa como esta: “Mi primer amor fue una máquina de coser marca Singer.”


Manuel Chaves Nogales.
Los secretos de la defensa de Madrid.
Edición aumentada y corregida.
Prólogo de Antonio Muñoz Molina.
Espuela de Plata. Sevilla, 2017.

“Este es un libro que quema entre las manos. Provoca en igual medida la admiración y el escalofrío. Está escrito en 1938, a una cierta distancia ya de los hechos que cuenta, pero tiene el temblor de urgencia de una crónica dictada a toda velocidad en el momento mismo en que las cosas suceden”, escribe Antonio Muñoz Molina en el prólogo “Manuel Chaves Nogales y la experiencia del derrumbe” que abre Los secretos de la defensa de Madrid, que publica Espuela de Plata en una espléndida edición con abundantes ilustraciones de Jesús Helguera.

Una edición que es el resultado definitivo de un complejo proceso de recuperación de esta serie que Chaves Nogales publicó en México en la revista Sucesos para todos entre el 5 de agosto y el 22 de noviembre de 1938, y en el inglés Evening Standard un mes después con el título genérico de The Defence of Madrid.

Ambientada en noviembre de 1936, en el Madrid asediado y a punto de caer ante las tropas sublevadas, Chaves Nogales reconstruye el proceso defensivo de la capital dirigido por el general Miaja y el teniente coronel Rojo, su enfrentamiento con Franco y con Largo Caballero, la huida de los políticos republicanos, la resistencia de un ejército lamentable y el papel de las Brigadas Internacionales, el pánico de la población ante los bombardeos, los acechos de la quinta columna, las luchas intestinas entre anarquistas y comunistas. Ese era el desalentador telón de fondo de aquella “trinchera de un millón de seres inermes”al filo de una rendición que se daba por hecha.

“Chaves Nogales está en todo, lo ve todo – escribe Muñoz Molina al final del prólogo-. Hasta descubrir este libro yo estaba seguro de que los mejores testimonios sobre la defensa de Madrid eran los de Arturo Barea y Max Aub. Chaves está a la altura de cualquiera de los dos.”

En esta nueva edición aumentada y corregida se han añadido más ilustraciones y, como epílogo, dos artículos de Chaves Nogales publicados en marzo y abril de 1939: 'Los días de agonía del Doctor Negrín' y 'Cómo cayó Madrid: horas de angustia'.

Santos Domínguez

22 mayo 2017

Feria del libro. Regalo



Federico García Lorca.
Poeta en Nueva York 
Nueve meses en Manhattan (1929-1930)
Ilustraciones de Fernando Vicente.
Introducción de Luis Alberto de Cuenca.
Edición de María Robledano y Jesús Egido.
Reino de Cordelia. Madrid, 2017.

Nueve meses en Manhattan (1929-1930) es el subtítulo de la espectacular edición ilustrada de Poeta en Nueva York que publica Reino de Cordelia en su colección Los versos de Cordelia. 

Con espléndidas ilustraciones de Fernando Vicente, el volumen se abre con una introducción en la que Luis Alberto de Cuenca destaca que “Poeta en Nueva York es, tal vez, la obra más poderosa de la poesía española del siglo XX, la más comprometida con su tiempo, la más rica en metáforas y en matices estilísticos.”

Pero por una lamentable paradoja, Poeta en Nueva York es a la vez la obra mayor de García Lorca y el libro que tiene la historia textual más complicada de la literatura española contemporánea.

Escrito entre 1929 y 1930 durante el viaje de Lorca a Nueva York y Cuba, el poeta lo dio a conocer parcialmente en recitales y conferencias, se refirió a él en muchas entrevistas, lo corrigió insistentemente durante seis años, le cambió el título y pensó llamarlo –luego lo descartaría- Introducción a la muerte por sugerencia de Neruda, exageró sobre su tamaño y prometió trescientos poemas, desvinculó parte del material para integrarlo en otro proyecto que quería titular Tierra y luna, cambió la disposición de los textos, modificó el título de algunos poemas, dudó hasta última hora sobre su estructura y sobre los textos que incorporaría Poeta en Nueva York.

Aunque poco importa al lector que haya dos secciones más o menos, que los poemas figuren en una o en otra, o que no haya secciones. Lo fundamental es que algunos de los textos de Poeta en Nueva York –El rey de Harlem, Norma y paraíso de los negros, Paisaje de la multitud que vomita, Poema doble del lago Eden, New York (Oficina y denuncia), Luna y panorama de los insectos, Grito hacia Roma, Oda a Walt Whitman, Pequeño vals vienés o Son de negros en Cuba- forman parte imprescindible de la poesía universal del siglo XX.

Además de las ilustraciones, esta edición tiene la particularidad de que, junto con los poemas, reproduce, más como contrapunto que como notas aclaratorias, las cartas que Lorca enviaba a su familia. Lo explican así los editores, María Robledano y Jesús Egido en su texto ‘El otro Lorca’: 

“Sabemos con bastante aproximación qué hacía García Lorca mientras componía casi todos los versos de Poeta en Nueva York, momentos de su vida privada, generalmente bucólicos y frívolos, que poco tienen que ver con la rotunda intensidad del poemario, surgido de los rincones más oscuros y secretos del ánimo. El propósito de esta edición, Poeta en Nueva York.  Nueve meses en Manhattan (1929-1930) es mostrar esa doble realidad.” 

En las cartas a su familia, el poeta elude el reflejo de su problemática situación personal y sentimental, entre junio de 1929 y marzo de 1930. En ese contraste entre la alegría que quiere transmitir en las cartas y el tono trágico de los poemas inciden las ilustraciones de Fernando Vicente, que ha sabido captar el espíritu del libro, esa escisión trágica entre el poeta y sus máscaras, con el telón de fondo de la gran ciudad y sus claroscuros de color y blanco y negro, de civilización y muerte.




Gabriel García Márquez.
Cien años de soledad.
Edición conmemorativa del cincuentenario.
Ilustraciones de Luisa Rivera
Literatura Random House. Madrid, 2017.

El 30 de mayo de 1967 salía de la imprenta el primer ejemplar de Cien años de soledad. ese milagro definitivo que apareció en 1967 en Sudamericana con la inolvidable portada del galeón español varado en medio de la selva.

Para celebrar el medio siglo de los Buendía y de Melquíades en el reino de Macondo, Literatura Random House publica una memorable edición conmemorativa con espléndidas ilustraciones de Luisa Rivera, que capta en ellas, con su aire naif, el espíritu del realismo mágico que atraviesa la novela.

Una nueva invitación a volver a esa novela total, a ese inabarcable territorio de la imaginación que llamamos Macondo, la ciudad de los espejos, a la felicidad de su valor poético y sus adjetivos fulgurantes, a sus inolvidables imágenes y sus personajes extremados y frágiles, al fervor por la palabra que explora el lado más luminoso de la realidad, a su tiempo circular de espejos y espejismos y a descifrar, como Aureliano Babilonia, los pergaminos en sánscrito en los que Melquiades profetizaba la destrucción de Macondo y el final de las siete generaciones de Buendías, “porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.”


El fotógrafo Juan Rulfo.
Fundación Juan Rulfo. Editorial RM.
México-Barcelona, 2017.

Como otra aportación bibliográfica al centenario de Juan Rulfo, la Fundación Juan Rulfo y la Editorial RM publican un volumen espectacular que  incluye decenas de fotografías que Juan Rulfo -el mejor fotógrafo de América Latina, según Susan Sontag- hizo durante décadas y varios ensayos sobre este aspecto de la creación artística de Juan Rulfo.

El lector que observe estas fotografías recordará inevitablemente el mundo literario de  Pedro Páramo, de El Llano en llamas o de El gallo de oro, los tres títulos de su obra narrativa, en la que la mirada tiene una importancia fundamental.

Pero, como señala Jorge Zepeda en uno de los ensayos que acompañan este libro, hay que deslindar la faceta del Rulfo escritor y la del fotógrafo, porque su obra gráfica no es un simple complemento de su obra literaria.

La fotografía, a la que dedicó muchas horas, no fue en Rulfo una actividad artística secundaria ni un ejercicio subordinado a su literatura, como se puede ver en la parte central del libro, que contiene una gran cantidad de imágenes de muy distintas temáticas.

Hay paisajes ásperos y secarrales desiertos, ruinas y calles abandonadas, pero también escenas urbanas, arquitectura prehispanica y colonial, ferrocarriles, fotografías de rodajes de películas y de actores como Pedro Armendáriz o María Félix.

En los artículos que contiene el libro, además del deslinde ya aludido de Jorge Zepeda, Andrew Dempsey aborda el reflejo de la acción del tiempo en la naturaleza y estudia su vinculación con la pintura de Constable y con la obra del pintor mexicano José María Velasco.

Víctor Jiménez destaca las correspondencias entre las fotografías de Rulfo y las de Paul Strand y finalmente una cronología de Paulina Millán resume la trayectoria de Rulfo como fotógrafo.



Ella Berthoud, Susan Elderkin.
Manual de remedios literarios.
Traducción de Clara Ministral.
Siruela. Madrid, 2017.

“Nuestros medicamentos no son cosas que vayas a encontrar en la farmacia, sino en las librerías, las bibliotecas o descargándotelas con tu lector de libros electrónicos. Somos biblioterapeutas y las herramientas de nuestro oficio son los libros. Nuestra botica contiene bálsamos beckettianos, torniquetes tolstoianos, los calmantes de Calvino y las purgas de Proust y Perec. Para crearla, hemos recorrido dos mil años de literatura en busca de las mentes más brillantes y las lecturas más reconstituyentes, desde Apuleyo y El asno de oro, del siglo II, hasta los tónicos contemporáneos de Jonathan Franzen y Haruki Murakami”, escriben Ella Berthoud y Susan Elderkin en la introducción del magnífico Manual de remedios literarios que publica Siruela con traducción de Clara Ministral.

Subtitulado Cómo curarnos con libros, es un divertido tratado de biblioterapia, un manual de medicina atípico que contiene múltiples prescripciones de novelas para el alivio o la curación de distintas dolencias físicas y emocionales: Yo, Claudio para tratar la soledad; Las olas de Virginia Woolf y El corazón es un cazador solitario para bajar la tensión; La insoportable levedad del ser para la depresión; Anna Karenina para el dolor de muelas; Aquí nos vemos para sobrellevar el luto; Sostiene Pereira para la obesidad; La subasta del lote 49 para la paranoia o el Libro del desasosiego para el insomnio.

Son algunos ejemplos de un nutrido repertorio de novelas que se recomiendan por su función terapéutica ante diversos males. Y además, diversas listas: las 10 mejores novelas para quedarse en la cama; otras 10 para curar la xenofobia; las 10 más recomendables para leer en el hospital

Construido a base de entradas ordenadas alfabéticamente de la A a la Z y rematado  con dos índices, uno de entradas y otro de obras citadas, este Manual de remedios literarios es también un peculiar e ingenioso tratado de literatura enfocado desde una perspectiva inusual, pero inteligente y muy interesante.

“Sea cual sea tu dolencia – escriben las autoras-, nuestras recetas son muy sencillas: una novela (o dos) que deberás leer a intervalos regulares. Algunos tratamientos te curarán por completo. Otros simplemente te ofrecerán consuelo, mostrándote que no estás solo. Todos ellos calmarán temporalmente tus síntomas, debido al poder de la literatura para distraernos y transportarnos. A veces es mejor administrar el remedio en forma de audiolibro, o leído en voz alta con un amigo. Como con cualquier medicamento, para obtener los mejores resultados es recomendable seguir el tratamiento hasta el final.”



Antoni Guiral.
Con la colaboración de Lluís Giralt.
100 años de TBO.
Ediciones B. Barcelona, 2017.

La revista que dio nombre a los tebeos es el subtítulo de un espléndido volumen que resume la historia del TBO, cuyo primer número aparecía en marzo de 1917.

Para conmemorar el centenario del TBO, la revista infantil semanal que acabaría designando genéricamente en español las historietas gráficas, los tebeos, Ediciones B publica un volumen espléndidamente editado, que ofrece un recorrido por sus series más representativas, por su evolución histórica y por los dibujantes y guionistas que mantuvieron esta publicación durante décadas. 100 años de TBO es el título de este volumen que, con la colaboración de Lluís Giralt, ha realizado Antoni Guiral.

Su nombre era, como explicaba su exdirector Alberto Viña, “una ingeniosidad que consigue con sólo tres letras hacer una frase festiva -te veo-  con falta de ortografía incluida para lograr el efecto deseado.”

El volumen se organiza en dos partes: una primera dedicada a su evolución histórica en cinco capítulos que abordan su evolución a lo largo de cinco etapas en las que aparecieron y se desarrollaron series que acabarían constituyendo las señas de identidad de la revista: La familia Ulises, Los grandes inventos de TBO, El profesor Franz de Copenhague, Josechu el Vasco, Eustaquio Morcillón y Babali, Melitón Pérez o Altamiro de la Cueva.

La segunda parte está dedicada a resumir la trayectoria de treinta de sus creadores más significativos: dibujantes y guionistas como Coll, Sabatés, Urda, Benejam, Jofré, Opisso, Massana, Bernet Toledano o Muntañola.

Tan generosamente ilustrado que puede entenderse también como una antología del TBO, ofrece una recopilación muy completa de una publicación emblemática en el panorama de la historieta en España entre 1917 y 1998.



Nikolái Gógol.
Las almas muertas.
Ilustraciones de Alberto Gamón.
Traducción de Marta Rebón.
Notas de Ferran Mateo.
Nórdica. Madrid, 2017.

Para celebrar los 100 números de su colección Ilustrados, Nórdica publica una estupenda edición conmemorativa de Las almas muertas, una novela que cumple este año 175 años.

Esa novela seminal, que Gógol subtituló Poema, apareció en 1842 para inaugurar la modernidad literaria en Rusia con una nueva mirada a los personajes y una manera innovadora de enfocar la realidad.

Con esas novedades en las descripciones de paisajes o en la caracterizació de los personajes, Las almas muertas se convierte en la primera gran novela rusa del siglo XIX, un siglo prolífico en grandes novelas de Dostoievski o Tolstói.

Protagonizada por el opaco Pável Chíchikov, un terrateniente venido a menos que se dedica a comprar fantasmas, centenares de almas muertas: los nombres de los siervos desaparecidos desde el último censo para obtener a cambio una serie de beneficios en el tiempo que transcurra hasta la actualización del registro.

Nabokov la entendió en su Curso de literatura rusa como el reflejo de las pesadillas de Gógol más que como un testimonio de aquella Rusia zarista de siervos y miseria, aunque reconoce que en aquella época “una amplia mayoría de la nación rusa vivía a la intemperie, bajo un velo de lenta nieve, al otro lado de los ambarinos ventanales.” Rusia era entonces –añadía Nabokov- “un país famoso por sus desdichas, famoso por la miseria de sus innumerables vidas humildes.”

Y en ese contexto inevitablemente hay que situar esta novela, poblada por un enjambre de personajes que a veces no son más que caricaturas grotescas, pero otras son creaciones inolvidables, el brillante resultado de caracterizaciones individuales y de unos diálogos ágiles que perfilan las figuras de los terratenientes Nozdriov, excéntrico y juerguista; Sobakévic, voluminoso, lírico y glotón; el avaro Pliushkin y Manílov el sentimental; la del cochero Selifán, mentiroso compulsivo y borracho, o la de la señora Koróbochka, codiciosa viuda de un terrateniente.

Todo ese despliegue narrativo nos llega ahora refrescado y actualizado en esta nueva traducción de Marta Rebón e iluminado por las abundantes ilustraciones de Alberto Gamón, tan espléndidas como la de la portada, y por las oportunas notas de Ferran Mateo.

Escrita con distancia, desde fuera de Rusia, con ironía crítica y con la tendencia a lo grotesco que aparece también en los relatos de Gógol, Las almas muertas es, además de un monumento narrativo, un fresco imborrable de aquella Rusia zarista, llena de nieve y de pobreza, que está en el fondo de toda la gran novela rusa del XIX.

Pero es también que, por encima de esas circunstancias espaciales y temporales, históricas o sociales, sigue hablando de la condición humana.

Por algo es un clásico.

Santos Domínguez


19 mayo 2017

Francisco Brines. Entre dos nadas


Francisco Brines. 
Entre dos nadas.
Antología consultada.
Prólogo de Alejandro Duque Amusco.
Renacimiento. Sevilla, 2017.

“El lector que se acerque a esta nueva y muy completa antología de la obra de Francisco Brines, Entre dos nadas (título propuesto por el poeta), podrá comprobar, al repasar sus páginas, que están aquí presentes todos los motivos de meditación que han dado peso y consistencia a su poesía”, escribe Alejandro Duque Amusco en el prólogo a la antología consultada que publica Renacimiento.

El tiempo y el paisaje, la memoria y el amor atraviesan la poesía de Francisco Brines, una de las voces poéticas imprescindibles que en el último medio siglo ha ido creando una sólida poesía contemplativa marcada por un constante tono elegiaco matizado a veces con algún acento hímnico o con impulsos epicúreos.

Entre Las brasas y La última costa, con libros intermedios tan fundamentales como Insistencias en Luzbel o El otoño de las rosas, la reflexión sobre el tiempo constituye el eje temático de la poesía de Brines, que agrupó en 1997 su poesía completa bajo el título Ensayo de una despedida.

La soledad, la fugacidad de la vida, el sentido de la existencia constituyen el centro espiritual de una poesía en la que hay un constante equilibrio entre lo físico y lo ético y que el poeta ha resumido así: “El conjunto de mi obra es una extensa elegía.”

Planteada como forma de conocimiento y como lamento de las pérdidas, la poesía de Brines se levanta como una expresión depurada de la materia existencial, como elaboración verbal de la sentimentalidad objetivada y de las sensaciones tamizadas por la inteligencia.

Así lo explica el propio autor: “La poesía surge del mundo personal y de las obsesiones del poeta, pero yo no puedo escribir desde la plenitud ni desde el dolor, necesito un distanciamiento con respecto a la experiencia. La poesía desvela una visión del mundo, una cosmovisión de la vida como pérdida, que me ha concedido la poesía, y así surgen los poemas: del amor y de la pérdida, de la luz y de la sombra. La poesía secretamente da a conocer aquello que está en uno y no se conoce y, además, es un retrato opaco del escritor.”

Un retrato opaco que dibuja el contorno moral y biográfico de la poesía de Brines, su mezcla de reflexión y pasión sobre el fondo de luz y sombra de la realidad. De esa lucidez y esa intensidad se alimenta su obra, porque –como él mismo explica- “estimo particularmente, como poeta y lector, aquella poesía que se ejercita con afán de conocimiento, y aquella que hace revivir la pasión por la vida. La primera nos hace más lúcidos, la segunda, más intensos.”

Esas dos líneas en las que se cruzan la vida y la muerte, la memoria del tiempo fugaz y el amor más fugaz aún, el deseo y el abandono, conviven en la poesía de Francisco Brines y quedan reflejadas en todos sus matices en esta antología consultada, una nueva puerta abierta al conocimiento o al reencuentro con su obra.

Santos Domínguez

17 mayo 2017

Francisco Estévez. Con la novela a cuestas


Francisco Estévez.
Con la novela a cuestas.
Al acecho de la última novela española.
El viajero inmóvil. México, 2017.

Como un libro de crítica inmediata define Francisco Estévez el volumen Con la novela a cuestas,  
que bajo el subtítulo Al acecho de la última novela española reúne treinta artículos que son otros tantos asedios a una serie de novelas publicadas en los últimos años, entre 2012 y 2016.

Además del resumen de un año literario –2015- en el género, estos artículos trazan un panorama completo que habla de la diversidad de voces y tendencias en la narrativa actual en español: desde la novela corta a la novela policiaca, desde la novela psicológica al realismo sucio pasando por los dietarios de Trapiello o Sánchez Ostiz.

Para desmentir a los agoreros seculares que anuncian periódicamente la muerte de la novela, basta hojear estas páginas y estos nombres que reflejan la vitalidad del género en España y en Hispanoamérica: de Bernardo Atxaga a Jesús Carrasco, de Antonio Orejudo a Javier Cercas, de José María Merino a Jorge Volpi o de Mateo Díez a Ramiro Pinilla.

Estas páginas hablan de un conjunto de árboles que no sólo permiten ver el bosque, sino que proponen al lector una composición de lugar muy ajustada a la realidad, en la que no falta una crítica de la crítica -“algunos pasan por moneda común la calderilla de su miseria”- junto a los dos objetivos muy claros que deberían guiar esta actividad: servir de puente entre escritor y lector y "descubrir que toda tensión escritural en la trenza de la lectura nos devuelve la palabra en su plenitud."

Santos Domínguez

15 mayo 2017

Kirmen Uribe. La hora de despertarnos juntos


Kirmen Uribe.
La hora de despertarnos juntos.
Traducción de José María Isasi.
Seix Barral, 2016.

Escribir "un libro basado en la vida de Karmele Urresti, su familia y su generación./.../ La vida de una familia, sí, pero también, ¿por qué no?, la historia de todo un pueblo" es el ambicioso propósito declarado por Kirmen Uribe en las páginas iniciales de La hora de despertarnos juntos, la novela que publica en Seix Barral con traducción de José María Isasi.

Organizado en tres partes que transcurren entre 1923 y 1979 en torno a los ambientes de la alta burguesía y del nacionalismo vasco, la guerra civil, el exilio, la Guerra Mundial y la posguerra son el telón de fondo de un libro en el que se aborda la peripecia individual de la enfermera Carmela Urresti y el trompetista Txomin Letamendi y de sus círculos familiares y sociales. Pero a través de la recreación de esos personajes reales, la novela se propone unir los destinos individuales con los colectivos, lo local y lo universal.

En ese sentido, es muy significativa la cita de Carlos Fuentes que abre el libro: "Conocía la historia. Ignoraba la verdad." Y por eso esta historia basada en una familia real arranca de una documentación rigurosa para reflejar la historia, pero recurre también a la imaginación para reconstruir la intrahistoria, para elaborar la trama desde dentro, desde el día a día por el que transitan, junto con los dos protagonistas, su hija Ikerne; Manu Sota, amigo de Txomin, activista cultural e independentista; el pintor Antonio Guezala o el lendakari Aguirre.

De Ondarroa a Bilbao, de París a Caracas, de Nueva York a Barcelona, esas vidas individuales se integran en lo colectivo, en el contexto histórico y social que marca a los personajes. Porque una cosa es conocer la historia y otra saber la verdad y por eso a veces el mejor instrumento es esa "lógica de la ficción" de la que habla Kirmen Uribe en la nota final del libro.

Con un título tomado del último verso de un poema de Pound publicado en la revista Poetry en 1913, La hora de despertanos juntos propone una mirada al pasado para intentar entender el presente y el pasado próximo del terrorismo, defiende la necesidad del diálogo y la reconciliación y reivindica la esperanza más allá de las decepciones de esa sucesión de exilios y pérdidas que parecen convertirse en una metáfora de los últimos cien años de la historia de España y de Europa.

Santos Domínguez

12 mayo 2017

Sombra roja


Sombra roja. 
Diecisiete poetas mexicanas (1964-1985).
Selección y epílogo de Rodrigo Castillo.
Vaso Roto Ediciones. Madrid, 2016.

Las muchachas bailan

Dónde están bailando, dónde las muchachas, todas, Sus sonrisas ahogadas por las piedras. Dónde el fragmento de sus cuerpos. Digan, dónde las muchachas bailan, dónde levantan las manos pálidas, no sus huesos —revoltijo para los perros—. Digan dónde, dónde quedan las voces, luces en la arena, no sus marcas en las dunas. Dónde las muchachas no están muertas, dónde el aire sacude sus cabellos, no como una ofrenda sino como la cosa viva que tomaron.

Ese poema en prosa de Mónica Nepote (Jalisco, 1970), alusivo a los múltiples asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, es uno de los que forman parte de la abundante muestra Sombra roja. Diecisiete poetas mexicanas (1964-1985), la antología que define Rodrigo Castillo como “un universo sin preámbulo” en el epílogo –‘El único lugar posible’- de este volumen que ha preparado para Vaso Roto.

Para la selección de las poetas incluidas en esta antología, Rodrigo Castillo ha utilizado, además de unas fechas de nacimiento comprendidas en las dos décadas largas que separan a la mayor -Cristina Rivera Garza (Ciudad de México, 1967)- de la menor -Karen Villeda (Tlaxcala, 1985)-, otros dos criterios combinados: que las autoras tuvieran publicados un mínimo de cuatro libros y que el más reciente de ellos no fuera anterior a 2013.

Se garantiza así no sólo que las poetas antologadas eran autoras de una obra con recorrido, sino con vigencia en su continuidad. Autoras que “conforman –en palabras del antólogo- una micro constelación que encarna un atlas plural que conjura visiones de las escrituras del presente disparadas en direcciones que no tendrían por qué sujetarse necesariamente a poéticas establecidas. Pensar en el territorio en el que se producen estas escrituras es ver un cielo abierto.”

Y así, desde la escritura plural y alucinada de Cristina Rivera Garza, también narradora y ensayista, a la poesía que integra palabra y multimedia de Karen Villeda, en este amplio panorama de la poesía mexicana actual, por encima de su diversidad de tendencias y tonalidades, llama mucho la atención el experimentalismo integrador de lenguajes verbales, musicales y plásticos.

Poesía que es el  resultado de la mirada y el lenguaje, de la imagen y el ritmo. Poesía del descubrimiento, de la resistencia y la experimentación, de la deconstrucción y la integración.

Escritura en libertad, poesía que se manifiesta con muy variados matices y temas: desde la radicalidad del lenguaje poético de Minerva Reynosa (Nuevo León, 1979) o la fusión de poesía, música e imagen de Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972) a la poesía onírica de Claudina Domingo (Ciudad de México, 1982), uno de los nombres emergentes en la poesia hispanoamericana actual, o la poesía acumulativa, atravesada por el amor y la ausencia, de Maricela Guerrero (Ciudad de México, 1977), que escribe versos como estos:

es la  resaca 
el exilio 
de tus ojos 
lo que me hace pensar en estas cosas (suceden) 
seré un pez ceñido 
a tu cintura 
tú 
el sol 
la ausencia 
donde gravita 
este naufragio.

O estos otros con los que Xitlalitl Rodríguez Mendoza (Guadalajara, Jalisco, 1982) abre su Apnea del sueño

Esto es agua / respira / abismo minúsculo dentro de otro / caes / dentro de ti caes/ dentro caigo/ todo en mí suspendido / hacia adentro / espasmos oscuros / asfixiarme es nacer / estoy naciendo / esto es agua.

Santos Domínguez

10 mayo 2017

Campbell. Las máscaras de Dios



Joseph Campbell.
Las máscaras de Dios. 
Mitología primitiva.
Volumen I. 
Traducción de Isabel Cardona.
Edición revisada por 
Sydney Yeager, Andrew Gurevich  y Santiago Celaya 
Atalanta. Gerona, 2017.

“Aparentemente, el hombre no puede sostenerse en el universo sin creer en algún orden de la herencia general del mito. De hecho, la plenitud de su vida parecería incluso estar en relación directa con la profundidad y amplitud no de su pensamiento racional, sino de su mitología local. ¿De dónde procede la fuerza de estos temas inmateriales que adquieren el poder de galvanizar poblaciones, convirtiéndolas en civilizaciones con una belleza característica y un destino propio autoimpuesto? Y ¿por qué los hombres, dondequiera que han buscado algo sólido en lo que armar sus vidas, no han escogido los hechos en los que abunda el mundo sino los mitos de una imaginación inmemorial, prefiriendo incluso convertir la vida en un infierno para símismos y sus vecinos en nombre de algún dios violento, en lugar de aceptar agradecidamente los bienes que el mundo ofrece?”, se preguntaba Joseph Campbell, que cuando murió, hace treinta años, llevaba otros tantos consolidado como un autor de referencia en los estudios de mitología universal. 

Las máscaras de Dios, que ha empezado a publicar Atalanta con traducción de Isabel Cardona, es su obra central, un monumental estudio de mitología comparada que Campbell publicó entre 1959 y 1968 en cuatro tomos centrados en los mitos primitivos, orientales y occidentales y en la mitología creativa.

Desde su inicial El héroe de las mil caras (1949), Campbell se dedicó en sus libros a buscar un espacio de reconciliación entre la consciencia y el misterio a través de los arquetipos mitológicos, religiosos y psicológicos de las distintas culturas, y utilizó la antropología, el psicoanálisis, la literatura o la fenomenología de las religiones para construir una interpretación vitalista del mito y del héroe, de ahí que prestara tanta atención a los mitos encarnados en Osiris, Dionisos, Mitra o Cristo, señores de la muerte y la resurrección.

Tras abordar las máscaras del héroe, trabajó durante doce años en Las máscaras de Dios, que planteó como una monumental “historia natural de los dioses y los hombres”. La completó en 1973, en Imagen del mito, que publicó también Atalanta, un estudio imprescindible de la iconografía global de los mitos a través de la representación plástica que hace visible lo invisible en las distintas tradiciones y culturas. 

Hay un hilo conductor en todos esos títulos y en los que se sucedieron hasta su último libro, Las extensiones interiores del espacio exterior (1986): el rastreo de patrones arquetípicos comunes a todas las mitologías que las distintas culturas han elaborado, desde Mesopotamia a los mayas o los etruscos, desde la India a Oceanía, desde la cultura egipcia a la olmeca, desde China a Europa. 

La mirada de Campbell es la mirada abarcadora y profunda propia de quien sustituye los prejuicios por la curiosidad intelectual y arranca de un amplio sincretismo cultural y religioso para transmitir una visión abierta e integradora de las distintas construcciones mitológica y para que el lector compruebe cómo se repiten en todas las culturas los mismos motivos míticos, esos arquetipos del inconsciente que estudió Jung y que Campbell recorre con lucidez y profundidad.

Con una combinación de simbolismo comparativo, religión, mitología y filosofía, arqueología e historia del arte, filología y folclore, psicología y literatura, el propósito declarado de Campbell es elaborar "el primer esbozo de una historia natural de los dioses y los héroes que, en su forma final, debería incluir a todos los seres divinos –al igual que la zoología incluye a todos los animales y la botánica a todas las plantas–, sin considerar a ninguno sacrosanto o más allá del dominio científico. Porque, igual que en el mundo visible de los reinos vegetal y animal, en el mundo visionario de los dioses también ha habido una historia, una evolución, una serie de mutaciones gobernadas por leyes; y sacar a la luz tales leyes es la aspiración propia de la ciencia."

Revisado y puesto al día en 2016 por Sydney Yeager, Andrew Gurevich y Santiago Celaya con la supervisión de la Joseph Campbell Foundation, este primer volumen, centrado en la mitología primitiva, se abre con un prólogo en el que Campbell delimita el objeto de su obra en estos términos:

“El estudio comparativo de las mitologías del mundo nos hace ver la historia cultural de la humanidad como una unidad, pues encontramos que temas como el robo del fuego, el diluvio, el mundo de los muertos, el nacimiento virginal y el héroe resucitado se hallan en todas las partes del mundo, apareciendo por doquier en nuevas combinaciones, al tiempo que permanecen solo unos pocos elementos, siempre los mismos, como en un caleidoscopio. En los relatos contados con ánimo de entretener, estos temas míticos se tratan con ligereza, con un espíritu obviamente de juego, mientras que en contextos religiosos se aceptan no sólo como verdades de hecho, sino incluso como revelaciones de aquellas verdades de las que toda la cultura es un testigo vivo, y de las cuales derivan tanto su autoridad espiritual como su poder temporal”.

Lo narrativo y lo antropológico, lo mitológico y lo poético se unen en esos relatos sobre héroes y dioses. Relatos que proponen una explicación del mundo y de la relación del hombre con la realidad en ritos de amor y de muerte que están en el fondo de la mitología de los cazadores del Paleolítico, en las simbólicas germinaciones de semillas del agricultor neolítico, en la función mágica del chamán o en las persistentes imágenes narrativas de los reyes inmolados. Un conjunto que representa la arqueología del mito en la construcción de esta “Historia natural de los dioses y los héroes.” 

En ese título, que es el del prólogo del volumen, podría resumirse el sentido de esta obra fundamental, de unos volúmenes de los que Campbell escribía que contienen "muchas indicaciones que sugieren las maneras en que pueden ser utilizados por personas razonables para fines razonables, o por poetas para fines poéticos, o por insensatos para la necedad y el desastre."

Las personas razonables, los poetas y los insensatos tienen ya en las librerías el primer volumen. Los siguientes irán apareciendo en los próximos meses.

Santos Domínguez

08 mayo 2017

100 películas sobre Historia Contemporánea


José María Caparrós Lera.
100 películas sobre Historia Contemporánea.
Alianza Editorial. El Libro de Bolsillo. Madrid, 2017.

Veinte años después de su primera edición, El Libro de Bolsillo de Alianza Editorial lanza la tercera edición actualizada de 100 películas sobre historia contemporánea, de José María Caparrós Lera.

Organizada en veinticinco capítulos que representan otros tantos momentos de la historia contemporánea, se trata de una obra enciclopédica, bien documentada e ilustrada, con abundantes incitaciones a la visión a la revisión de películas que reflejan la historia contemporánea desde la Revolución Francesa hasta la guerra de Vietnam.

Entre La Marsellesa o Historia de dos ciudades y Apocalypse Now o Platoon, pasando por títulos emblemáticos de la historia del cine, como Ladrón de bicicletas, Senderos de gloria o El gran dictador, se analizan en sus páginas un centenar de títulos seleccionados por su calidad cinematográfica y por su capacidad para reflejar un momento relevante de la Historia contemporánea.

Cada uno de los veinticinco capítulos se abre con un panorama que fija el contexto histórico, para el que se elige una película especialmente significativa. Una ficha técnica y artística, el resumen argumental y la valoración crítica de esa obra y de otros títulos  complementarios son la parte central de cada capítulo, a lo que se añade una amplia bibliografía sobre cine e historia y una cronología esencial, que permite leer este volumen también como un resumen de la Historia contemporánea.

“El cine de ficción como fuente documental para la historia contemporánea podría haber sido el título del libro”, señala en su prólogo José Florit. Porque el cine puede utilizarse como una nueva fuente de estudio de la Historia, aunque pueda convertirse a veces en un peligroso “arte del falso testimonio”, como denunciaba André Delvaux en una ponencia de 1959 que se reproduce en extracto en uno de los apéndices de este volumen.

Un volumen que abre muchas posibilidades en la utilización del cine como fuente documental de la Historia y en su aprovechamiento didáctico como método complementario de su enseñanza y su estudio.

Tres minuciosos índices de películas, directores y títulos originales permiten además un acceso rápido y directo a los títulos de esta obra de consulta imprescindible.

Santos Domínguez

05 mayo 2017

José Luis Tejada. Razón de ser


José Luis Tejada.
Razón de ser.
Prólogo de Juan Bonilla.
Siltolá Poesía. Sevilla, 2017.

Hoy somos sólo un pulpo de ocho miembros
que raramente un tajo divino escindiría.
Tú yaces en la paz y entre mis manos
yo esgrimo el vellocino sagrado de tu sexo
donde acaso el amor duerma en simiente
o se vislumbre un sol de eternidad.

Anda, encaja en tus pechos mi corazón antiguo,
vamos, que aún sobra espacio entre nosotros,
acóplate a tus vanos como a un viento calino
y agáchate, que va a pasar la muerte;
no nos llegue a rozar. 

Con esas dos estrofas termina Consolación de la carne, uno de los textos que forman parte de Razón de ser, el libro de José Luis Tejada que cumple ahora medio siglo desde su primera edición y que rescata La Isla de Siltolá en su colección de poesía con un prólogo de Juan Bonilla.

Esos son algunos de los versos más significativos del tono y los temas de este libro en el que sus treinta poemas, organizados en cinco secciones, reflejan el mundo poético de José Luis Tejada: la soledad, el vacío existencial, el amor y la poesía como formas de resistencia ante el desarraigo y la muerte.

Frente a su primer libro, el neogarcilasista Para andar conmigo, Razón de ser muestra una voz personal formada que ya sólo de manera esporádica mantiene la forma del soneto. El poeta ha optado ya por el verso libre, en el que se encauza mejor la torrencialidad apasionada de su expresión y el arrebato verbal de sus sentimientos de desarraigo existencial o su angustia ante el paso del tiempo y ante la muerte.

Esa es la temática predominante de la poesía de José Luis Tejada. “Una poesía confesional, de palabra cuidada pero sin miedo a la dureza de la desesperanza”, como señala Juan Bonilla en el prólogo, antes de destacar “la palabra que mejor puede resumir el espíritu del libro: una autenticidad que emociona en esa búsqueda incesante del amor como única razón de ser que nos dignifica contra la sinrazón de la nada.”

Por eso, frente a la sombra sin contorno del hijo de la muerte, frente a la indigencia común  o la desolación de los habitantes de la noche, la única respuesta es la resistencia que ofrecen las palabras o el amor:

Ven conmigo ahora y mira
esa burbuja cálida en el centro sin vetas de tu sombra
que flota en viento, tierra, lo mismo da, o en el agua, con una
rueda en el hueco de las manos.

Cuando se cumple medio siglo de su primera edición, la recuperación de la voz poética de José Luis Tejada con la reedición revisada de Razón de ser, uno de sus mejores libros, brinda al lector actual la posibilidad de conocer una obra que, aunque casi olvidada, no desmerece de la de otros autores de los años centrales del siglo pasado.

Santos Domínguez




03 mayo 2017

Las almas muertas


Nikolái Gógol.
Las almas muertas.
Ilustraciones de Alberto Gamón.
Traducción de Marta Rebón.
Notas de Ferran Mateo.
Nórdica. Madrid, 2017.

Para celebrar los 100 números de su colección Ilustrados, Nórdica publica una estupenda edición conmemorativa de Las almas muertas, una novela que cumple este año 175 años.

Esa novela seminal, que Gógol subtituló Poema, apareció en 1842 para inaugurar la modernidad literaria en Rusia con una nueva mirada a los personajes y una manera innovadora de enfocar la realidad.

Con esas novedades en las descripciones de paisajes o en la caracterizació de los personajes, Las almas muertas se convierte en la primera gran novela rusa del siglo XIX, un siglo prolífico en grandes novelas de Dostoievski o Tolstói.

Protagonizada por el opaco Pável Chíchikov, un terrateniente venido a menos que se dedica a comprar fantasmas, centenares de almas muertas: los nombres de los siervos desaparecidos desde el último censo para obtener a cambio una serie de beneficios en el tiempo que transcurra hasta la actualización del registro.

Nabokov la entendió en su Curso de literatura rusa como el reflejo de las pesadillas de Gógol más que como un testimonio de aquella Rusia zarista de siervos y miseria, aunque reconoce que en aquella época “una amplia mayoría de la nación rusa vivía a la intemperie, bajo un velo de lenta nieve, al otro lado de los ambarinos ventanales.” Rusia era entonces –añadía Nabokov- “un país famoso por sus desdichas, famoso por la miseria de sus innumerables vidas humildes.” 

Y en ese contexto inevitablemente hay que situar esta novela, poblada por un enjambre de personajes que a veces no son más que caricaturas grotescas, pero otras son creaciones inolvidables, el brillante resultado de caracterizaciones individuales y de unos diálogos ágiles que perfilan las figuras de los terratenientes Nozdriov, excéntrico y juerguista; Sobakévic, voluminoso, lírico y glotón; el avaro Pliushkin y Manílov el sentimental; la del cochero Selifán, mentiroso compulsivo y borracho, o la de la señora Koróbochka, codiciosa viuda de un terrateniente.

Todo ese despliegue narrativo nos llega ahora refrescado y actualizado en esta nueva traducción de Marta Rebón e iluminado por las abundantes ilustraciones de Alberto Gamón, tan espléndidas como la de la portada, y por las oportunas notas de Ferran Mateo. 

Escrita con distancia, desde fuera de Rusia, con ironía crítica y con la tendencia a lo grotesco que aparece también en los relatos de Gógol, Las almas muertas es, además de un monumento narrativo, un fresco imborrable de aquella Rusia zarista, llena de nieve y de pobreza, que está en el fondo de toda la gran novela rusa del XIX.

Pero es también que, por encima de esas circunstancias espaciales y temporales, históricas o sociales, sigue hablando de la condición humana.

Por algo es un clásico.

Santos Domínguez

01 mayo 2017

Una conversación literaria (Madrid, 1970)


Francisco Ayala.
Miguel Fernández-Braso.
Una conversación literaria 
(Madrid, 1970).
Cuadernos de la Fundación Francisco Ayala. 
Universidad de Granada. Granada, 2016.

“Lo importante para mí era escuchar. Dejarle hablar. Interrumpir lo menos posible, que los nombres personales y la geografía se enlazaran y se cruzaran en la charla. Es lo que he hecho siempre en mis conversaciones literarias” escribe Miguel Fernández-Braso en ‘Una pequeña explicación’, el texto que abre el espléndido volumen Una conversación literaria (Madrid 1970) que recoge la que mantuvieron él y Francisco Ayala en una viaje del novelista a Madrid.

Un libro editado por la Fundación Francisco Ayala y la Universidad de Granada reproduce la transcripción de las conversaciones mantenidas entre Francisco Ayala y Miguel Fernández-Braso en 1970 y las abundantes correcciones manuscritas que Ayala hizo sobre una conversación que por su tono cercano el propio Ayala veía como “una oportunidad de decir cosas que, sin caer en lo trivial, tengan a la vez un tono ligero e íntimo en cierta medida. Y, cosas en fin que no son para escritas sino más bien para habladas.”

Y con ese tono ligero y próximo Francisco Ayala rememora su trayectoria personal, literaria y académica, evoca las presencias formativas de Ortega, Gómez de la Serna,  Azorín o Pérez de Ayala, habla de las novelas de Cela y del Cortázar de Rayuela, traza un retrato negativo y burlón de Juan Ramón y recorre episodios del exilio, del que había vuelto esporádicamente, expone sus ideas sobre la literatura y la realidad histórica o sobre su propia obra: Muertes de perro, El fondo del vaso, Los usurpadores...

Cierra el volumen una magnífica entrevista  -‘Francisco Ayala, exiliado sin ira’- que Miguel Fernández-Braso había publicado antes de esta larga conversación, en junio de 1969, en el diario Pueblo, y cuatro cartas de Ayala.

Un completo índice de nombres y títulos permite la consulta rápida de temas y referencias personales que hacen de este libro un material de enorme interés para los interesados en la obra de Ayala, uno de los nombres de referencia en la literatura del siglo XX en español

Santos Domínguez