15/10/10

Coleridge. Poemas



Samuel Taylor Coleridge.
Poemas.
Traducción y edición de Gabriel Insausti.
Renacimiento. Sevilla, 2010.

Conocido y citado habitualmente por su poesía narrativa, que funde argumento y diálogo dramatizado, la lírica de Coleridge (1772-1834) ocupa un inmerecido lugar secundario no sólo en la obra del poeta, sino en el panorama de la poesía romántica inglesa.

A reivindicar esa vertiente lírica de Coleridge se orienta la espléndida antología bilingüe de sus Poemas, seleccionados, traducidos y comentados por Gabriel Insausti para la colección de poesía universal de Renacimiento.

Autor de una poesía meditativa que influyó decisivamente en Cernuda, el alma visionaria del poeta expresa en estos textos el sentimiento del paisaje, la visión de la naturaleza serena o agitada de los campos, las colinas o los bosques que Coleridge recorría en sus largas caminatas.

Porque Coleridge es uno de los poetas que componen sus textos mientras pasean. Y de la imposibilidad de realizar esos paseos por un accidente doméstico surge una de sus cimas poéticas: La sombra de los tilos que es mi cárcel, un intenso canto a la amistad y al paisaje en el que están presentes todas las claves líricas del Romanticismo: la soledad, la voluntad evasiva, el tiempo, el ansia de libertad, la quietud y el silencio.

La poesía de Coleridge es una poesía de la mirada y de la imaginación. La imagen se convierte en un motor fundamental de la mayoría de estos poemas, que mantienen el tono conversacional característico de la poesía inglesa y proyectan la melancolía conscientemente en el paisaje, en una transferencia que reconoce otro de sus mejores poemas, El ruiseñor:


En la naturaleza
no hay nada melancólico. Sucede
que un viejo vagabundo –el corazón
herido del recuerdo de una pena
o un vago malestar o un amor que no fue-
llenó todas las cosas de sí mismo
e hizo que el sonido de los bosques
contara su tristeza: él, y otros como él.


La traducción de Gabriel Insausti utiliza como cauce de contención el endecasílabo blanco, que alguna vez se desborda en alejandrinos armónicos. Además de la impecable traducción, las notas que comentan con amplitud, sensibilidad e inteligencia los poemas de la antología, harán de este libro una edición de referencia de la poesía romántica inglesa en español.

Santos Domínguez