8/7/06

Arquitecturas de la memoria


Joan Margarit. Arquitecturas de la memoria.
Edición bilingüe de José Luis Morante.
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2006.

Arquitecturas de la memoria es el título de la generosa recopilación de la poesía de Joan Margarit que acaba de publicar Cátedra Letras Hispánicas.

La amplia edición bilingüe la hace José Luis Morante, autor de un admirable prólogo que en casi cien páginas explora las líneas maestras de la poesía de Margarit, iluminada también en los comentarios de los poemas y en las notas a pie de página, reducidas al mínimo, pero suficientes y esclarecedoras.

Arquitecto y catedrático de Cálculo de estructuras (así se titula su último libro, publicado en 2005), Joan Margarit (1938) relaciona esas actividades con la práctica poética en estas palabras:
“Pienso que no es una coincidencia baladí que el Cálculo trate de lograr la máxima resistencia y estabilidad con el mínimo de material (en general acero u hormigón) y que la Poesía trate de decir el máximo con el mínimo de palabras: al igual que las Matemáticas son las más exactas de las ciencias, la poesía es la más exacta de las letras.”

Algunos lectores conocerán El primer frío, que apareció hace un par de años en Visor y reunía su obra hasta 1995. Libros posteriores como Estación de Francia, el conmovedor Joana y el deslumbrante Cálculo de estructuras que publicaba el año pasado, justifican sobradamente esta revisión del corpus poético de un altísimo poeta en el que se unen ejemplarmente la actividad literaria y la biografía para construir una poesía exigente y de una hondura reflexiva con la que se toca a un hombre.

De su poesía, una dura poesía elegiaca afincada en los cimientos de la memoria, se sale con una rara sensación de plenitud y consuelo. Poesía cordial porque, además de su condición reflexiva, viene del corazón y se dirige al corazón.

Con materiales autobiográficos y propósito testimonial se construyen estas arquitecturas de la memoria, esta crónica de la temporalidad que es la poesía de Joan Margarit, una voz personal caracterizada por su insularidad, ajena a las modas y a las tendencias generacionales y con una clara vocación elegiaca.

Tiempos y edades que atraviesan su obra y reaparecen una y otra vez en sus libros: la infancia solitaria en la posguerra, la juventud triste y transgresora, los años insulares en Canarias, la experiencia universitaria que se convierte en el centro de Los motivos del lobo, la madurez del otoño en Edad roja. Esos son los cimientos vitales de la poesía de Margarit, los pilares sobre los que se levanta un edificio maltratado por los años, construido y reconstruido, lleno de cicatrices y de grietas y pérdidas dolorosas y cada vez más profundas en Joana, un libro escrito, según confiesa Margarit, vulnerando todos los consejos que los poetas damos sobre la obligada distancia entre los hechos y el poema.

El pesimismo y el desconsuelo recorren estos textos en los que luchan la realidad y el deseo, con un enfoque que se ensombrece en Cálculo de estructuras y culmina en Los muertos, la última composición del libro.

Y al fondo la memoria, que es siempre una construcción, una reconstrucción, una arquitectura. Como en Raymond Chandler, un texto de Los motivos del lobo:

Los recuerdos son huellas digitales
en el lugar del crimen, pruebas falsas,
montajes de corruptos policías.
Somos calles ocultas por la niebla,
escenarios de un thriller.


Las traducciones en esta edición bilingüe lo son sólo aparentemente: en realidad son una reescritura de cada poema, con importantes cambios exigidos por el paso de los esquemas rítmicos del catalán al castellano.

En Los motivos del lobo, como en otros libros, Joan Margarit reflexiona sobre el sentido de su poética, sobre la misión del poeta:

Es por los hijos muertos,
por los amores sin mañana:
por el mañana que amenaza
como un arma. Por toda la extensión
del nebuloso mal que no es noticia.
Por todo esto se escribe la poesía.

Un libro imprescindible para cualquier buen lector.

Santos Domínguez