21/2/20

Poemas esenciales de Etheridge Knight


Etheridge Knight.
Poemas esenciales.
Traducción y prólogo de
Juan José Vélez Otero.
Valparaíso. Granada, 2019.

“Morí en Corea de una herida de metralla y los estupefacientes  me resucitaron. Morí en 1960 cuando me mandaron a la cárcel y la poesía me devolvió a la vida”, explicaba el norteamericano Etheridge Knight (Mississippi, 1931-Indianapolis, 1991) en la contraportada de sus Poems from Prison (1968).

Lo recuerda Juan José Vélez Otero en el prólogo que ha escrito para presentar su traducción de la antología Poemas esenciales en la edición bilingüe que publica la colección de poesía de Valparaíso Ediciones.

Poems from Prison, su primer libro, apareció en 1968, tras cumplir una condena de ocho años por robo. Cuando salió de la cárcel publicó un libro con poemas suyos y de otros presos: un volumen que apareció primero en Italia (Voce negre dal carcere) y que en 1970 se editó en inglés como Black Voices from Prison.

A esos dos libros, con los que Knigth se convirtió en un poeta de referencia por su compromiso con los derechos civiles de los afroamericanos a finales de los años 60, se sumaría uno más en 1973, Belly Song and Other Poems.

Esta primera versión en español de la poesía de Knigth es una traducción de The Essential Etheridge Knight, la antología que publicó la Universidad de Pittsburgh en 1986.

De ella forma parte este poema, uno de los más significativos del libro:

CANCIÓN DE LA CELDA 

Noche    Música    Una luz
sesgada golpea la caverna
del sueño. Yo en soledad
trazo el círculo rojo
y volteo el espacio
con mis palabras.

Vamos, Etheridge, no seas 
un salvador; coge tus palabras
y araña el cielo con ellas, haz que llueva

en el desierto, coge 
a una chica
por el rabo,

¿puede salir
algo bueno 
de la cárcel?

Poesía arraigada en la experiencia personal, en la conciencia social y política y en la denuncia de la injusticia y la discriminación racial. Poesía intensamente vital que refleja, en palabras del traductor en su prólogo, “una vida dedicada a la poesía, a la creación, al refugio en las drogas, al ansia de libertad, al amor, a la desesperación, al conflicto contra el miedo, la injusticia, la pobreza, la enfermedad y la opresión; a la agonía y a la resurrección, a la digestión de las míseras experiencias de su infancia; en definitiva, a los problemáticos testimonios de la existencia humana.”

Santos Domínguez