30/11/18

Jorge de Arco. Huellas


Jorge de Arco.
Huellas 
Antología 1996-2017.
Ars Poetica. Oviedo, 2018.

Detrás de los maizales, 
la lluvia está diciendo para siempre. 
Ahora, escucho de nuevo, 
la fe de su canción, 
los ecos que golpean 
al son de la memoria.

Así termina el poema inicial de La lluvia está diciendo para siempre, uno de los ocho libros de Jorge de Arco que se antologan en Huellas, la muestra de su poesía que publica Ars Poetica en su colección Beatus Ille. 

Sobre ella escribe en el prólogo Carlos Murciano: “Toda antología poética -en especial, si realizada por su propio autor- suele llevar consigo un punto de reflexión e incluso, en muchos casos, de inflexión. Vuelve el creador a sus orígenes, se encuentra y se enfrenta con el que fue y con lo que (otro, él mismo) concibiera. Si ese poeta, tal sucede con Jorge de Arco, es por demás un crítico experto y responsable, posee la objetividad necesaria para juzgar y juzgarse. 
Esta compilación que mis palabras encabezan, abarca un periodo de casi cinco lustros de obra lenta y, cabe decirlo, reconocida.”

Huellas recoge una selección de cada uno de los ocho libros en los que se ha ido perfilando la cada vez más afinada voz poética de Jorge de Arco durante las dos décadas largas que transcurren entre Las imágenes invertidas (1996) y el cuaderno El sur de tu frontera (2017) con estaciones intermedias como La constancia del agua, Las horas sumergidas y La lluvia está diciendo para siempre.

Así resume el propio Jorge de Arco su trayectoria vital y poética en las palabras preliminares: “Al filo de estos ocho poemarios, hay paisajes reales y familiares, espacios imaginarios y pretéritos, protagonistas cercanos y almados, silencios de ayer y anhelos de hoy, instantes de gozo y mareas de penumbra, estíos azules e inviernos de sombra...”

La poesía de Jorge de Arco es el resultado de la conjunción de una actitud meditativa y evocadora, de la contemplación del tiempo en el paisaje, del dolor de las pérdidas y de la afirmación celebratoria de la vida. Elegía y oda, pasado y presente, palabra y memoria se dan cita en esta poesía que habla del amor y el desamparo, de las ausencias y las presencias, de la luz y las sombras del tiempo fugitivo con la voz serena y el decir equilibrado de un poeta que ha encontrado en la contención del verso breve la forma de expresar un mundo atravesado por la honda intensidad emocional que late al fondo de sus versos.

Se cierra la antología con este espléndido poema de El sur de tu frontera: 

PERRO

Un perro sin edad 
está cruzando 
el parque. 
No lleva dueño, 
ni collar, ni caricias. 
Se ha detenido frente a mí 
y en sus ojos he visto 
el exacto tamaño 
del mundo mío. 

Paso mi mano 
por su cabeza blanca 
y humanamente casi, 
se echa a mi lado 
como volviendo de otro sueño. 
Tal vez tuvo una sombra y la ha perdido. 
Quizás tiene su nombre 
y lo ha olvidado. 

Pero le pongo uno,
lo llamo azar 
y se levanta, 
y persigue mis huellas 
mientras la noche alumbra nuestros pasos.

Santos Domínguez