7/3/14

Marià Manent. Antología poética


Marià Manent.
Antología poética.
Edición y traducción de José Muñoz Millanes.
Fundación Ortega Muñoz. Badajoz, 2013.

El alma del poeta se inclina hacia el misterio, escribió Antonio Machado. Y esa inclinación parece orientar la palabra y la mirada, la actitud vital y el método poético de Marià Manent (Barcelona, 1898-1988), uno de los poetas imprescindibles de la lengua catalana.

Un espléndido poeta que asume la tradición poética inglesa para educar su voz y su mirada. De hecho, en ese proceso de formación que culminó tardíamente en 1961 con su mejor libro, La ciutat del temps, influyó decisivamente su labor de traductor de los centenares de poemas que incluyó en su monumental La poesía inglesa, un libro de referencia  desde mediados del siglo XX, o sus versiones de Keats, Emily Dickinson, Yeats o Ezra Pound.

La de Manent es una poesía contemplativa capaz de aunar no sólo lo elegiaco y lo celebratorio, sino también el tono bajo de voz con una ambición creativa que aspira a la revelación de correspondencias  misteriosas entre realidades distintas, al hallazgo de una imagen que pueda expresar esa afinidad secreta entre realidades lejanas de la que habló el poeta como objetivo último de la poesía.

La breve pero significativa y cuidada antología bilingüe que ha traducido y prologado José Muñoz Millanes para la Fundación Ortega Muñoz recoge veinticinco poemas de Marià Manent. De ellos, como es lógico, la mayor parte, quince en concreto, pertenecen a La ciutat del temps, que publicó cuando ya había sobrepasado los sesenta años y después de treinta años de silencio.

Treinta años fecundos en traducciones que propiciaron su maduración lenta y callada, su contención expresiva y la búsqueda de iluminaciones en esas misteriosas analogías que se exploran con una mirada que va siempre un poco más allá del paisaje, de la luz de septiembre, de la flor del almendro o del cárabo en sombra que viven en el tiempo detenido de los poemas serenos, hondos y delicados de Marià Manent, heredero de la idea de Wordsworth sobre la poesía como expresión de la emoción recordada en la tranquilidad.

Así en el magnífico La tumba de Rilke o en este Andorra a l’octubre / Andorra en octubre:

Son els bedolls flama viva
al bosc negre dels avets.
Diríeu que cremen drets.
Veus fum o és boira que arriba?

Tranquil.la, dolça és la flama,
quieta en la pluja. Lluu
amb or d'albercoc madur
mig amagat a la rama.


Son los abedules llama viva 
en el bosque negro de los abetos.
Se diría que arden erguidos.
¿Ves humo o es la niebla que llega?

Tranquila, dulce es la llama, 
quieta en la lluvia. Luce 
con oro de albaricoque maduro
medio escondido en la rama.

Santos Domínguez