5/3/13

Poe. Cuentos de muerte y demencia


Edgar Allan Poe.
Cuentos de muerte y demencia.
Ilustrado por Gris  Grimly.
Traducción de Íñigo Jáuregui.
Nórdica Libros. Madrid, 2013.


El horror no proviene de Alemania, sino del alma, afirmaba Poe en una frase que resume gran parte de su literatura.

Esa fue su aportación decisiva a la narrativa gótica: la idea de que el horror no es algo que venga de fuera ni se sustente en la escenografía, sino que vive en el interior del personaje.

Uno de los paradigmas de esa propuesta es El corazón delator, el primero de los cuatro relatos ilustrados por Gris Grimly en la espectacular edición que acaba de publicar Nórdica en un volumen que incluye también adaptaciones de El sistema del Dr. Tarr y el profesor Fether, La caja oblonga y Los hechos del caso del señor Valdemar.

Variados en su enfoque, que oscila entre lo dramático y lo grotesco, los dos primeros relatos exploran la delgada línea que distingue la locura de la cordura. Y si en el muy conocido El corazón delator el horror y el remordimiento acababan devorando al asesino, en el menos famoso El sistema del Dr. Tarr y el profesor Fether un Poe irónico y divertido juega con el lector y le esconde un dato crucial que no emerge hasta los últimos párrafos para producir un desenlace sorprendente y lleno de relativismo.

La caja oblonga y Los hechos del caso del Sr. Valdemar definen el canon clásico del Poe terrorífico y resumen su irrepetible talento narrativo. Unidos por el tema de la muerte (una mujer cadáver o un antepasado de los zombies), los cuenta un narrador perplejo, de desorientada perspicacia y limitado en su conocimiento de los hechos o de la frontera que separa la vida de la muerte, lo que le sitúa en el mismo nivel de asombro que experimenta el lector al ir conociendo las claves de la historia.

Las ilustraciones, desgarradas y expresionistas, del enigmático Gris Grimly expresan gráficamente ese contraste de pesadilla entre lo grotesco y lo trágico, entre lo cómico y lo terrorífico que recorre estos cuatro cuentos de Poe.

Al principio fue el miedo. Quizá la clave de todo Poe esté en esa frase que Julio Cortázar escribió hace medio siglo en el prólogo de su memorable traducción de los cuentos de Poe, que en su escritura despreció por igual la improvisación y el didactismo, la temática moralizadora y el descuido técnico. Sus textos teóricos y sus relatos siguen siendo hoy un referente modélico para los aprendices de escritores y para los narradores de oficio acreditado.

Porque Poe unió la precisión matemática del diseño al efecto mágico de lo misterioso y combinó la brevedad y la intensidad en una literatura que es suma de técnica y precisión analítica, de las revelaciones opiáceas y los delirios alcohólicos que alimentaron su locura lúcida.

Santos Domínguez