10/2/10

Cuentos esenciales de Maupassant


Guy de Maupassant.
Cuentos esenciales.
Selección de Marie-Helène Badoux.
Traducción de José Ramón Monreal.
Debolsillo. Barcelona, 2010.


Maestro de la narrativa breve y la palabra justa, Guy de Maupassant (1850-1893) es para muchos no sólo el más interesante y actual de los narradores naturalistas, sino el mejor escritor de relatos cortos de la historia de la literatura.

Desde Bola de sebo hasta Las sepulcrales, pasando por obras maestras del género como La casa Tellier, Mademoiselle Fifi, Coco, El collar o El horla, las mil doscientas páginas de estos ciento veinte Cuentos esenciales, que publica Debolsillo con selección de Marie-Helène Badoux y traducción de José Ramón Monreal, proponen un recorrido completo por una obra diversa en temas, en tonos y en atmósferas morales.

Sus relatos son una constante lección narrativa, construyen el canon del relato perfecto. La técnica y el oficio de Maupassant, su destreza en el uso de la mecánica del relato, la intriga y la sorpresa despiertan el interés del lector ante unos textos que son mecanismos de precisión en los que nada sobra, unos relatos sostenidos por unos personajes caracterizados con sobriedad y eficacia por sus actos y sus palabras.

La calidad de su prosa se suma al arte de la composición que evidencian estos relatos desarrollados en ambientes rurales o urbanos. Sombríos o humorísticos, ingeniosos o trágicos, hondos o superficiales, ásperos o melancólicos, pero siempre significativos de su talento, estos ciento veinte cuentos esenciales contienen al Maupassant más moderno, directo y cercano de los narradores del XIX. El pesimismo, la crueldad del mundo o el egoísmo de algunos personajes, el enfoque irónico y sus desenlaces sorprendentes o sugeridos siguen sosteniendo en pie unos textos en los que la crítica social convive con el humor y la brutalidad con el afecto.

Remy de Gourmont, que no valoraba la superficialidad de sus novelas, escribió junto a esas líneas críticas este elogio definitivo de los relatos de Maupassant: Ninguno de esos últimos libros tiene la menor oportunidad de perdurar, pero de sus cuentos se harán tiradas en uno o dos volúmenes muy buenos, uno de historias un poco atrevidas, el otro de los relatos más moderados, que se transmitirán eternamente.

Sin sus cuentos, que ejercieron una influencia determinante sobre Chejov y sobre la narrativa norteamericana, probablemente la literatura del XX no hubiera sido la misma.

Santos Domínguez