20/9/08

Miguel Florián. Cuerpos


Miguel Florián.
Cuerpos.
Ediciones La Palma. Madrid, 2008.

Desde sus primeras entregas - Los mares, las memorias, Anteo- Miguel Florián ha ido construyendo una obra poética coherente en su crecimiento y exigente en su compromiso con el lenguaje, con el complejo de imaginería y ritmo del que surge el poema.

Cuerpos, su último libro, que acaba de publicar Ediciones La Palma como primer número de una nueva colección de poesía, se abre con una cita muy significativa de José Gorostiza, y es un intenso conjunto de poemas en prosa en los que el erotismo se aborda a través del encuentro del ojo y la palabra.

La muerte y la mirada y Carne y memoria son las dos secciones en que se organiza un texto donde se funden pensamiento e intuición, experiencia y poesía, memoria y presente. La musicalidad sostenida de sus poemas en prosa, la intensidad sensorial de las imágenes, la palabra contenida y el adjetivo certero sostienen un espléndido conjunto en el que la tierra, el aire, el fuego y el agua son los cuatro elementos vinculados por el deseo y la temporalidad se proyecta sobre la amada para encauzar la celebración de un amor constante más acá de la muerte.

Luz y sombra, tiempo y mirada, oda y elegía en la palabra madura y exacta de un poeta que se expresa en textos como este, el primero del libro:


(LA CARNE HABITADA)

La luz es mansa ahora, la luz febril de mayo.

La luz se deposita en el confín del cuerpo, y es ya música, ritornelo de pájaro o de agua.

La luz transmuta en llama cuanto toca, incendia los objetos; los obliga a nacer en cada alba, a persistir hasta la línea indecisa del ocaso.

La luz posee manos invisibles cuando apenas se agita ya sobre la tierra. Mueve su amor las ramas de los árboles, abrasa la carne inmóvil de los hombres. Y cuando llega la noche se vuelve torpe y amarilla: es el aliento, el labio, el corazón del tiempo, el hueco del deseo.


Santos Domínguez